De ti aprendí

 Para empezar de cero y destruir una gran ilusión, solo (y es mucho) hace falta estar enamorado y que el amor huya de ti sin considerar todo lo bueno y magia que había en solo un instante. Si es tan grande la decepción que llegas al punto cero y traspasas la línea para llegar al desenamoramiento en el mismo día, el choque contra el muro es peor porque piensas que muchas cosas fueron mentira. Ahora si sabes distinguir lo bueno de lo malo aprendes que la vida es real y maravillosa tal y como es. Con sus encantos y sus consecuencias lo pasas mal para volver a pasarlo peor, pero con suerte vuelve algo genial. Ese genial te puede despistar y hacer creer de nuevo en ocasiones en que todo es posible para estar de nuevo en pie y con optimismo. Mas o menos, pero con resquicios de alegría te muestra una posible salida para volver a enamorarte de otra persona. Y si eso pasa, tienes como obsequio ese principio maravilloso que por mi parte es de lo mejor que me ha pasado jamás. Para mí ya van siete principios con esas sensaciones de las cuales cuatro han sido muy fuertes. Un sentimiento que crea su propia vida para invadirme de pies a cabeza y percibir lo mejor de los acontecimientos.

   Decepción, oscuridad, rechazo, desplazamiento, soledad, tristeza, rabia, estafado, y mucho mas en un momento de “duelo”. Y como va a pasar lo que tenga que pasar hagas lo que hagas, pienses lo que pienses o te sientas como te sientas, lo mejor en medida de lo posible es intentar ir eliminando esos estados emocionales cuanto antes. Uno por uno o todos de golpe, pero ¿para qué esperar seis meses o un año lo que se puede hacer en unas semanas? No digo que sea fácil, pero hay que intentarlo.

   Que los valores y las personas queridas (incluidas ex parejas) estén por encima de este juego extraordinario.