Amor, otra vez.

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Llegó mi supuesta parte favorita del amor: el dolor que me produce la indiferencia. Es verdad, no es de gente cuerda o sana “disfrutar” del dolor. Y digo “disfrutar”, porque claramente NADIE llega a disfrutarlo ni a sentirse cómodo con ello. Sólo se está muy acostumbrado a ese tipo de sensaciones en cuanto al amor se refiere, de modo que ya no pesa igual o pensamos que ya no es tan dañino. Pero lo es. Porque nos va amargando aunque de momento no lo veamos o lo aceptemos. Pero marca, porque duele.

Me duele la indiferencia, sí; pero también me gusta porque sé que no estás cerca de saber lo que siento por ti. Me duele no gustarte, sí; pero es mi culpa. Tengo la suficiente seguridad para decir que yo podría gustarte, la cosa es que yo no hago nada por ganarme tu atención de la forma correcta para que me veas de la manera que espero.

Aunque vaya, tampoco es que sea una persona muy fácil de querer, tiendo a ser muy terca porque me gusta que me quieran como deseo. Pero, para ser honesta, ni yo sé cómo quiero que me amen.

El punto es que quiero culparte por todo este nuevo sufrir en mi vida. No es la primera vez que me siento de este modo, impotente e  inútil porque sé los sentimientos no son correspondidos, ni tampoco es la primera vez que prefiero culpar a quien me gusta. Siempre es más fácil, aunque no tenga derecho.

Yo no entiendo por qué siempre espero a que las cosas sucedan por sí solas. Contigo fue diferente porque comencé a hacer cosas diferentes, buscarte y hablarte si se me presentaba la oportunidad. Sólo que de un día para otro, me sentía cansada y desgastada, tenía la sensación de que ya había hecho mucho y que todo lo demás te tocaba a ti. Volví a portarme indiferente, a fingir que tu presencia no provocaba nada en mí. No lo hice porque fuera cierto, sino porque temía que notaras lo mucho que me gustas y el efecto que usualmente provocas en mí… No tendría miedo de mostrar mis sentimientos si supiera que eres diferente. Que no te importe lo que siento es lo de menos, lo malo que, irremediablemente, abusarías de ello. No usándome tal vez, pero sí burlándote a la primera oportunidad.

Y todos tienen razón sobre ti, no eres lo que necesito en mi vida y probablemente nunca lo seas. Pero me aferro porque me niego a aceptarlo pese a que en el fondo estoy consciente de que estos sentimientos sólo los estoy desarrollando yo.

Lo correcto y prudente sería sacarte de mi vida en ese sentido, pero sé que en este momento no puedo hacerlo porque NO quiero hacerlo.


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