Estaba aturdido, cansado, deshecho. ¿De verdad?¿De verdad estaba muerta?. No me lo podía creer. No me creía que había abandonado seguir respirando. Que me había abandonado. Estaba lleno de rabia, de rencor, si yo no me hubiera ido de su lado, nada de esto hubiera pasado. Todo me quema. Me había desgarrado de tal manera el corazón que no se iba a recuperar. Me dolía. cada latido me dolía, un dolor insignificante con el dolor que me producía el puño que minutos antes desató su rabia contra la pared. Respiraba con dificultad, irregular, sentía que no me llegaba el aire a los pulmones. Sentia como si mi mundo se acaba de ir a la mierda. Sin ella, no era nadie. Sin ella, no quería vivir. Corrí, me fui corriendo, corrí hasta que mis pies me lo permitieron. Corrí intentando huir de esta puta pesadilla. Corrí hasta que mis torpes pies resbalaron y cayeron junto al puente. Temblando, me levante y mire hacia abajo. Agua, las gotas de lluvia impactan contra el agua haciendo ondas. Por un momento pude ver su cara reflectada. Era tan bonita. Sus ojos grises me llamaban, sus carnosos y rosados labios estaban curvados hacia arriba, su pelo castaño, como siempre, estaba revuelto. Se veía feliz. Pestañee y ya no la volví a ver. Ya no la volvería a ver nunca y eso podía conmigo.Me reventaba, no lo queria aceptar. No lo iba a aceptar. El día que nos amamos hasta ver juntos el amanecer juramos que siempre ibamos a estar juntos. En las buenas y el las malas, que a partir de ese momento eramos uno solo. Iba a cumplir mi palabra. Me subí y sin pensarlo dos veces, me tire. No me importaba nada. Solo estar con ella.
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