Misántropo (asco)

Todo empezó a ir mal cuando salí del útero. Allí se estaba tan bien. Tan calentito y a salvo de toda la decadencia humana. Sales a fuera y el frío hace mella en tu interior y te abraza. Antes de que llores por ti mismo, porque todavía no sabes que esa es la forma que vas a utilizar para comunicarte durante los siguientes meses, el médico te da una ostia. Para que espabiles. Es la primera de muchas.

Enseguida llega el hambre. El frío. Las ganas de cagar o de mear. El cuerpo no deja de molestarte dandote instrucciones de cosas que necesita. El asqueroso cuerpo humano. Tu alma era libre. Pero ya no. Y los meses que has pasado en el útero han sido una ilusión, que sabes que han existido por que te lo dicen.

Muchas personas quieren tenerte en sus brazos. Con sus alientos apestosos. Se visten para la ocasión. Se juntan para venir. Paran un poco sus patéticas vidas para ver como una nueva brilla por primera vez.

Durante un tiempo te dejan tranquilo, pero enseguida empiezan a tocarte las pelotas. Llevas aquí poco tiempo pero ya tienes que ir a la guardería o al colegio. Con más humanos. Con más idiotas como tú. Ves comportamientos extraños. Los humanos se juntan. Se imitan. Hacen lo que hacen todos. Y esos todos lo hacen porque a su vez lo han visto hacer a otros. Probablemente a sus padres. O a sus tíos. Costumbres idiotas que damos por buenas porque nos creemos que son verdaderas. Pero no sabemos quien empezo a hacerlas.

Somos borregos. Siguiendo modas insipidas. Odiando levantarnos para trabajar en mierdas para ganar un dinero que vamos a gastar en otras mierdas.