Quise que fueras tu...

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Hoy es un día muy aburrido, es casi final de diciembre y las calles de la ciudad están muy vacías, el trafico tan espeso parece un recuerdo, y el frío de la mañana me hace ir a cuestas a trabajar, después de conducir sin ganas llego a trabajar y una llamada me termina de despertar pues, el número que aparece en la pantalla no me es familiar, ni siquiera es del país, y comienzo a dudar del sí tomarla o mejor colgar. Por fin decido contestar la llamada, mi voz no es la misma, un nervio me recorre el cuerpo cuando escucho que la voz es sutilmente sensual.

-¿Quién habla? –Digo un poco nervioso. –Tu puta David, ¿A poco no me reconoces amor?

-¿Carla?

-Si David, tu putita vino de visita a México, me habías dicho que estarías solo en estos días y bueno, quiero pasar un día contigo si así lo deseas amor.

Carla, es una chica de Santiago de Chile, hace ya más de un año, tuve la fortuna de conocerla en un evento realizado en el hotel donde yo trabajaba, las cosas se habían dado muy bien y luego de platicar un momento, ella me llevó a la habitación donde estaba hospedada, recuerdo que sus labios tenían un sabor dulce y sus manos expertas me abrieron el pantalón para colocarse de rodillas y ofrecerme un delicioso oral que sin duda me lleno de morbo, quise quedarme en ese momento pero, le recordé que yo estaba trabajando, sin embargo, le dije que saliendo de trabajar me iría directo a su habitación a terminar ese encuentro.

La llamada de Carla me lleno de nervios, tantas veces nos escribíamos correos desde aquella vez en la que ella y yo tuvimos esa aventura en esa habitación, correos que eran sexo escrito cada vez más degenerado. Si bien, aquella noche que Carla y yo cogimos, ella me hizo disfrutar mucho por su excelente comportamiento, en cada correo, demostraba su verdadero yo. Una mujer sin reserva que le gustaba que le hablara sucio, decirle “mi putita” la excitaba y ella me confesaba todas aquellas fantasías de las que tenía ganas, pero que no pudo hacer debido a que era nuestra primera vez juntos y temía que yo la juzgara.

-Entonces amor… ¿tienes planes para esta noche? Mi esposo llega mañana a la ciudad y tengo una noche libre, espero que no le niegues a esta puta la oportunidad de hacer eso que tantas veces nos imaginamos en nuestros correos llenos de calor.

-¿Dónde te veo?

-En el mismo hotel amor.

Acepto la invitación  y me dispongo a trabajar, ya no tuve la oportunidad de decirle que ya no trabajaba en ese lugar pero mirando que me queda muy cerca le digo que estaré ahí a las siete en punto.

 

El día pasa volando luego de imaginarlo aburrido, enciendo el carro, paso por una botella de vino blanco para brindar por la ocasión, se me hace extraño volver al hotel donde trabajaba, pero más extraña es la sensación que tengo en mi entrepierna por verla de nuevo, cruzo la recepción gigante del Hotel y un mesero me detiene, me indica que una mujer me está esperando en el bar y asintiendo me condice hasta una mesa junto al ventanal.

Carla está hermosa, con un vestido corto de color rojo, es el mismo vestido que en uno de sus correos me dijo que se había comprado para modelármelo, pero en esas fotos, no irradia ni la centésima parte de lo sensual que veo hoy. Nos saludamos y con descaro me besa en la boca, su lengua entra y me causa una erección inmediata al sentir sus manos recorriéndome.

 

-Estas hermosa Carla.

-Tu eres tan guapo como te recuerdo amor.

Nos sentamos y verla me recuerda las tantas veces que mirando sus fotos desnuda me masturbaba y ella me decía que terminaba empapada con las cosas que le decía. Sus tetas pequeñas y deliciosas lucían perfectas con ese escote, sus piernas delicadas me hipnotizaban cada que las miraba y ella consciente de eso guardo silencio para que yo pudiera contemplarla.

-¿Te gusta lo que ves David?

Mirándola a los ojos solo puedo mover la cabeza y ella se sonríe con un perverso gesto, creo que ni siquiera me puedo concentrar en decirle algo pues, lo que tengo en la cabeza son las muchas fantasías que por medio de correos ella y yo nos cogíamos de maneras súper degeneradas.

-Oh David, no sabes cuánto deseaba este momento, las veces que te imaginaba sobre mi cuerpo desnudo, cogiéndome, haciéndome tu puta, diciéndome cosas ricas mientras me coges delicioso, David tantas veces que soñé este momento y por fin te tengo conmigo.

-Debo admitir que también estoy nervioso de verte cariño.

-¿Sabes?, en estos meses sin verte te he deseado como una loca, sabes que mi mayor fantasía es coger contigo en mi cama, y que dejes tu aroma para que cuando duerma con mi esposo él sepa que huele a ti. Pues una vez, no me aguanté las ganas y lleve a un chico de mi trabajo que se parece un poco a ti, es un chico de 28 años, guapo, y la verdad es que desde que lo vi me pareció verte, en una reunión que tuvimos, hice todo lo posible por hablar con él, el al principio se sentía incómodo pues, mi puesto en la empresa es más alto, pero luego de un besito, el entendió que deseaba. Lo lleve en mi auto hasta mi casa, mi esposo había salido unos días a trabajar y yo no perdí la oportunidad de cumplir esa fantasía.

Nos besamos en la sala, él estaba muy nervioso y fui yo quien le quito la ropa, el solo me agarraba las nalgas y lo senté en el sillón para darle un rico oral, tenía una verga muy rica, que hasta en eso se parecía a ti amor, la chupaba y la lamia como si te la chupara a ti David, y luego de unos minutos, se vino en mi boca y en mis tetas, fue tan rico que le dije tu nombre mientras el terminaba, luego me acosté y el me quito la ropa, comenzó a chuparme la panochita rico y yo no dejaba de decirle tu nombre, luego de un rato a él ya no le importó.

Me metía sus dedos y con su lengua también me hizo gritar como zorra, siguió así por unos minutos hasta que revente en su cara gritando como puta tu nombre, eso lo hizo excitar nuevamente y nos fuimos a mi habitación a que me cogiera como tantas veces lo imagine contigo. Primero me cogió boca arriba y luego quise que lo hiciera a lo perrito para que me diera nalgadas, así estuvimos un rato hasta que él y yo acabamos casi al mismo tiempo.

Tuve el impulso de dejar que me cogiera por el culo, pero ese solo es para ti amor, y hoy será el día en que tú y yo hagamos eso que tanto deseamos. Aquella vez quise que fueras tú, pero hoy ya te tengo y seré tu puta para complacerte David.

Escucharla me puso caliente y corrimos a la suite.


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