Historia de la Piedra de Rosetta
Por Carlos Delfino
Enviado el 04/01/2018, clasificado en Varios / otros
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Después de que el imperio romano tomó el control de Egipto, aproximadamente en el 30 a.C., el arte de leer y escribir jeroglíficos se perdió finalmente. En realidad, desconocidos para muchos, los jeroglíficos egipcios fueron considerados un idioma "muerto" por más de 1.500 años.
Entonces, en 1798, Napoleón atracó su flotilla francesa cerca de Alejandría, Egipto, y movilizó sus tropas hacia el sur para luchar contra los ingleses cerca de El Cairo. Los franceses ganaron la batalla terrestre, pero mientras estaban en el terreno, la Marina inglesa, conducida por Lord Horacio Nelson, zarpó y hundió a la flotilla francesa. Napoleón y sus tropas no tenían modo de regresar a Francia, así que terminaron pasando los próximos tres años en Egipto.
En 1799, mientras "cavaban" y construían posiciones defensivas cerca de Rashid (antigua Rosetta), una pequeña ciudad en las afueras de Alejandría, un soldado del ejército de Napoleón descubrió una piedra negra de basalto, de 1,18 metros de largo por 73,1 centímetros de ancho, con tres nítidas bandas de grabados. Aunque el soldado no reconoció los jeroglíficos egipcios en la parte superior, ni la escritura demótica del centro, sí reconoció el griego antiguo de la parte inferior. En lugar de utilizar la piedra como parte de la barricada, se la dio a eruditos que viajaban con el ejército de Napoleón. Ellos se dieron cuenta de que la piedra era algún tipo de antiguo decreto real escrito tres veces, en tres idiomas diferentes. La llamaron Piedra de Rosetta y comenzaron algunos estudios.
Poco después, en 1801, los ingleses derrotaron a los franceses, y la Piedra de Rosetta se convirtió en una posesión inglesa, como parte del tratado de Alejandría. Fue transportada a Londres en 1802, donde desde entonces ha estado en exhibición en el Museo Británico. Hasta el presente, la Piedra de Rosetta es el objeto más visitado del Museo Británico.
Entonces, ¿por qué es tan importante la historia de la Piedra de Rosetta ?
En 1820, después de un par de décadas de intrigas políticas y artimañas académicas, Jean Francois Champollion (un lingüista e historiador francés) y Thomas Young (un lingüista y físico inglés) unieron sus talentos para descifrar finalmente la escritura demótica y los jeroglíficos egipcios de la Piedra de Rosetta, comparándolos con el texto griego conocido. Aunque el proceso fue complicado y no sin controversias, este fue el tan importante momento de "¡Ajá!" para los egiptólogos, los arqueólogos, los lingüistas, y para los historiadores. En resumen, la Piedra de Rosetta fue el código que resolvió el misterio de los jeroglíficos egipcios. Fue la Piedra de Rosetta la que le permitió a los eruditos leer las inscripciones y relieves -- los textos, tablillas, y tumbas -- que finalmente proporcionaron una comprensión moderna de la antigua civilización egipcia.
El amor por la tierra del Nilo de François Champollion y su afán por descubrir los secretos de su lenguaje escrito habían comenzado ya con 16 años de edad, pero fue en 1819 cuando estudió el Libro de los Muertos. Analizando aquellos papiros, descubrió que la escritura hierática era una simplificación de los jeroglíficos y, sobre esta base, se lanzó a descifrar el mensaje de la célebre piedra Rosetta, escrita en griego, demótico y jeroglífico. Tardó catorce intensos años en dar con la clave definitiva para el desciframiento de la piedra Rosetta.
El francés, entonces un joven de 18 años, quería demostrar que aquella escritura no era meramente simbólica e identificó algunos signos con letras que representaban sonidos (fonogramas). Así, Champollion se dio cuenta de que los egipcios utilizaban una imagen para representar los sonidos iniciales. Por ejemplo, para escribir la letra “L” se dibujaba a un león. De esta forma se fue completando todo un alfabeto.
Más tarde, en 1821, mientras estudiaba el texto bilingüe de un obelisco de Philae trasladado a la Gran Bretaña, consiguió leer en el mismo el nombre de Cliopatra –que ya conocía por otra fuente, con lo que obtuvo el valor alfabético de doce signos jeroglíficos.
Finalmente, el 27 de septiembre de 1822, el lingüista François Champollion escribió su célebre obra: Lettre á Monsieur Dacier relative à l'Alphabet des Hieroglyphes Phonétiques, en la que comunicaba su espectacular hallazgo.
La piedra Rosetta es un magnífico documento egipcio de época ptolemaica que contiene un Decreto emitido en Menfis, en el año 196 a.C., por el sacerdocio egipcio en honor del faraón Ptolomeo V Epífanes. Se trata de una piedra de basalto negro compacto que mide 1,20 m de altura por 0,75 m de anchura, si bien sus dimensiones hubieron de ser algo mayores, ya que se encontró fragmentada.
En la actualidad, constituye uno de los tesoros más significativos del londinense Museo Británico.
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