En un momento hubo tanto silencio que podía escuchar el latir de mi corazón, ruido infernal en medio del silencio. El como entraba y salía la sangre de él reventaba mis oídos, no me dejaba dormir.
¡Para maldita sea! ¡Déjame descansar!
Entra sale mis oídos los engranajes del reloj el crujir de las vigas, el silencio. Ahora es el silencio profundo y el llanto callado de alguien tras la puerta, como se desliza por ella.
Me levanto, hay demasiado frío y no puedo evitar el toser y el ruido que hago se esparce por toda la habitación. No tardan en devolverme el sonido de unos pasos que se alejan. Quizás alcance a abrir la puerta… no, ya se ha ido. Se fue tan rápido pero no tan rápido como para no sentir que estuvo aquí.
No tengo miedo, duermo. Cierro los ojos y me voy pero vuelvo bruscamente por un espasmo de mi cuerpo. “ya está listo” me susurra una voz sin rostro al oído roto por el latir que vuelve a enloquecerme. No tengo miedo y me atrevo a preguntar que es lo que supuestamente está listo pero nadie contesta, enciendo la luz pero no hay nada.
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