Estaba en un túnel. Al principio rodeado de oscuridad, luego una luz al final del camino que alumbraba un poco.
Nuevamente las mismas imágenes recurren a mí, como si fuesen reales y, para mí, lo eran. Si existiese una palabra para describir sería “locos” estoy cerca de locos. Hay personas, veía un tractor y un hombre en él, con una especie de mascara, no tenía rasgos faciales. Me miraba inmóvil. Estaba inclinado y me intimidaba, el ambiente era extraño y atemorizante, sentí la piel de gallina y un escalofrió recorrió mi espalda.
Miré hacia un costado y me detuve en seco, me dio un vuelco el corazón. Eran más personas con máscaras extrañas horribles, con rasgos exagerados con pintura, pero no eran mascaras de monstruos, eso lo hacía terrorífico. Más de uno tenía una máscara blanca con ojos profundos y pintura alrededor de la boca. Otros, tenían máscaras con forma de carabera y ojos amarillos. Olvidé lo que es estar tranquilo, pues noté que ellos tenían palos, tal vez herramientas en las manos, lo cual me asusté más. Seguí caminando sin dejar de mirarlos noté como giraban la cabeza lentamente a medida que me alejaba. Pero estaban inmóviles.
Un sonido peculiar llegó hasta a mí, por lo que deje de mirarlos para ver de dónde provenía, encontré niños jugando, en una especie de parque; algunos escalaban, otros bajaban por el tobogán o se amacaban. Me dirigí hacia ellos, aunque quise seguir avanzando que es lo único que podía hacer, mi cuerpo no respondía y sentir como que alguien o algo te obliga a hacer lo que no queres es desesperante, mas desesperante que no poder mover alguna extremidad cuando te fracturas.
Un niño estaba de espaldas a mí, parecía estar llorando, me acerqué y le toque el hombro, al darse vuelta, vi un espantoso niño sin cara con ojos negros y una sonrisa igual de negra, muy terrorífica. Me aparte, el bello de la piel erizado, miré a mi alrededor y eran niños con la mirada perdida, pálidos. Algunos sentados mirando el suelo, otros de pie o amacandose lentamente.
Una niña de cabello oscuro y vestido blanco me señalo. El miedo que tuve es indescriptible, me sentía solo, en peligro. Otros niños me señalaron también. Corrí, o eso creo.
Me detuve frente a una estatua. Era una mujer con una toga, sostenía una espada en alto miraba al horizonte, me miró, giro la cabeza. Me aparté sin dejar de mirarla y choqué con un costal. Me asuste y vi varios costales colgados de garfios, pero era cuerpos, me di cuenta porque sobresalían los brazos por debajo, grité y un hombre con un costal en la cabeza y un delantal de carnicero ensangrentado, dejó do cortar carne con el hacha y me miró. Me alejé con temor de que me haga daño.
Escuché voces cercanas y era un loco que saltaba, estaba frenético, pude ver una risa tenebrosa en su rostro.
Corrí hacia la luz, me detuve cuando vi a trasluz, la figura del diablo, cerré los ojos y desperté. Estaba en penumbras, sentí un alivio de estar en mi cama, me volvió el alma al cuerpo. Noté que algo me sujetaba del brazo, era una cadena, moví el otro brazo y lo vi amputado, el terror volvió a apoderarse de mí.
Mis gritos ahogaron el sonido del tintineo de copas, entró una persona con una luz, tenía una máscara de cerdo con los orificios de boca y ojos cocidos. Vi como examinaba un cuchillo de aspecto peligroso. Inmóvil me puse a llorar, solo quería despertarme.
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