Chocar con el más grande

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Me siento súper drogado de (“cocaína”) y me siento inseguro. Tengo la sensación que a veces, me siento desprotegido, a veces siento placer, a veces no saber lo que hacer y lo más tremendo es que cuando se termina…quiero más, más y más, a pesar del mal estar interior.

Es algo que no es sabroso al consumir dicha chasca, es horrorosa, pero el efecto que te da, es tan repetitivo y tan repetitivo que el morado, me hace sentir tan seguro y tan inseguro a la vez, que es una contradicción  en sí mismo.

¿Cómo una persona se pega vente días o un mes sin consumir o de acordarse de la “cocaína” o de otra droga -me da igual- que te levantas un día y te harta sin explicación alguna a consumir, llegando incluso a dejar de lado tus buenas rutinas diarias, que llevabas antes? ¿Por qué cundo estoy consumiendo veo o percibo algo dentro de mí, que lo que estoy haciendo no es beneficioso para el flexible cerebro? Me gustaría saber algo sobre este tema y sobre todo me gustaría que de esto se hiciera pedagogía a los niños y niñas.

Cuando estoy tomando “chasca” siento que todo se queda en la psique permanentemente de por vida y no para bien, como si te incrustara sin piedad un sello, como el que le ponen a los increíbles y enormes y nobles caballos. Forma parte de la linda vida del adicto. Permítanme la ironía y que arroje la toalla, no pienso luchar, ni con la cocaína, ni con otra adicción. Intentare por supuesto mejorar haciendo autocritica, pero me niego a luchar con el [más grande y fuerte]. Esta sustancia es miserable, me lleva y me trae y hace conmigo lo que quiere, hasta el punto del maltrato moral a mi señora madre <<me duele decir esto, pero es así, lamentablemente>> no maltrato a mi padre porque no tengo o si no lo maltrataría también.

Pertenezco a una familia notablemente tradicional/clásica y eso de ser adicto, como que no lo permiten, hasta el punto tan extremo e insensible, de que me tratan como a un marginado. Cuando he tenido momentos preocupantes, he buscado una mano abierta en donde agarrarme, pero eso parece que en esta lastimosa familia no conocen, en fin…<<familia de ideología analfabeta>>. He estado en un centro de desintoxicación, porque veía que necesitaba ayuda profesional, pues aun así, con este gran hecho, se permitían a la humillación y la desvergüenza, intolerable y fea actitud de la inaceptable indiscreción y aires de superioridad, ponerme en el escarnio público sin miramientos ¡brutal!

Es tremendo que esté mal mirado que haya personas que, por el simple y saludable hecho de reconocer un defecto o varios defectos adquirido por diferentes circunstancias, sean tratadas con desprecio, con criminales gestos faciales y una compasión (como diciendo, este es un tirado de mierda) ¡que lastima! De gente no…le deseo a todos estos seres, que disfruten, que se regocijen, que se alegren, que se rían…de personas que reconocen sus vergüenzas e intentan cambiar sus malos hábitos. Pero es una estupidez a ver cambiado, porque el sello del que os hablaba antes se queda marcado/etiquetado con fuerza.

No pretendo ir de víctima con este relato. Simplemente necesitaba con enormes ganas contar verdaderamente lo que sentía. Un abrazo a todas las personas que pertenecen y siguen esta extraordinaria pagina web “Cortos Relatos”


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