Alguien baja las escaleras
Por Alfaromeo
Enviado el 28/01/2018, clasificado en Varios / otros
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Tanta serenidad se veía en las piernas de la mujer bajando las escaleras del edificio. Tanta perfección en los muslos como si alguien los hubiera torneado en fina madera, líneas curvas que alborotaban la respiración con solo oír sus pasos. Una leve penumbra enunciaba aquella visión hasta el talle. Ropas negras y un taconeo sobre baldosas semejaban el poder embriagante del vino. La espié tantas veces hasta que se perdía en la puerta de uno de los apartamentos y otras cuantas esperé con la ansiedad de un enamorado en la penumbra del pasillo semejante a un fantasma. Parecía que mi destino estaba dispuesto desde aquella posición a ver sus dos piernas bajar escaleras, medio ocultas en sus faldas provocadoras y el incesante taconeo en una especie de danza de tambores remotos. Tantas tardes de espera hasta la vez que la seguí hasta la puerta de uno de los apartamentos y me quedé paralizado.
Era cierto el comentario de los vecinos del edificio: la otra mitad del cuerpo de la bruja no estaba en casa.
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