Me prometí venir,
y aquí estoy,
presto a arreglar el mundo
solo y acompañado,
en este día y en otros,
entre el Sol y la Luna,
cada jornada, siempre,
por lo que sentimos,
por lo que somos,
por cuanto seremos
en un encuadre reluciente
y permeable a los cambios.
Me prometí descubrirte
y saber más de mí.
Lo he intentado muchas veces.
Deberías saberlo.
Veníamos al encuentro
el uno del otro.
Todo, ahora lo sé,
ha sido en pos de este momento,
que nos libra
de cualquier mal
que aceche en una esquina.
Ahora rondamos
en un escenario repetido y flamante,
y nos adentramos
en la amistad que nos procura
seguir con una verdad
basada en el amor
y en el respeto aceptado.
Me prometí no perderte,
y eso, lo sé,
ya no depende del todo de mí,
pero sí te puedo asegurar
que me prometo y prometeré
que haré todo lo posible
para que lo que sentimos siga.
Es más:
prometo que este sentimiento
aumentará sin límites.
Estoy contento:
hasta ahora he cumplido.
Juan Tomás Frutos.
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