Denunciar relato
No sé porque pero siempre pasa lo mismo en mi familia y no me refiero a la poligamia ni a los negocios clandestinos. Puede que sea una casualidad, una curiosidad generacional o una tradición sexual algo extraña, pero siempre las mujeres se embarazan nueve meses antes de fechas importantes. Mi mamá nació el 24 de Diciembre, mi hermano el 14 de Febrero, yo el 18 de Septiembre y mi papá el 6 de Enero… ¿no les dice nada el cumpleaños de mi padre? bueno, les informo que ese día celebran navidad los negros. No les bastaba con el hip-hop y el basquetball, tenían que tener su propia navidad. Eso es auto-discriminación, pienso que lo hacen para tener la opción de disfrutar muchos más regalos que todos nosotros. Gracias a Dios mi padre me heredo lo más importante de la gente de color y creo que eso siempre ha estado a la vista… me heredo la humildad.
Mi mamá nació el 24 de Diciembre, como vieron que iba a ser niña supieron que no sería la reencarnación de Jesucristo. La Madre Teresa de Calcuta tampoco fue, de hecho, la echaron en el colegio de monjas por usar bikini (una de las primeras en Chile) y también fue recriminada por leer libros que no fueran sobre el Antiguo Testamento. De todas formas nació con la marraqueta bajo el brazo. Todos sus hermanos son multimillonarios menos ella: la menor, mujer y la más pobre, aunque de todas formas siempre ha tenido el mejor corazón. Mi hermano sería sinónimo de felicidad y amor, nació para el día de los enamorados, pero hasta hace un par de años creo que nunca lo había visto sonreír, la primera vez fue cuando se cayeron las torres gemelas. Mi natalicio fue el 18 de septiembre y ya es una tradición que siempre me digan lo mismo: tu mamá debió gritar viva Chile. Quizás cuando me estaban inventando hayan pensado en Chile, pero cuando estaba pariendo lo dudo, es mucho más creíble que haya gritado: sale luego pendejo de la c……
No sé sobre la experiencia personal de los demás miembros de mi familia, para mí fue terrible. Cuando era chico me hicieron creer que la cueca, las fondas y la parada militar era todo en nombre mío. Para conmemorar mi cumpleaños el país se detenía, de hecho, era muy extraño que me obligaran a vestirme de huaso con 30 grados de temperatura, al lado del semáforo y bailando o intentando hacerlo. La gente me regalaba dinero y mi papá decía que eran obsequios para hacer el asado. Así fueron tradicionalmente los cumpleaños de mi niñez, bueno, en realidad hasta cuando cumplí treinta añitos. A parte, mis amigos nunca llegaron a los cumpleaños porque sus papás estaban borrachos y ahora que son viejos tampoco pueden venir, sus esposas por lo general se alcoholizan y los dejan cuidando a los hijos. Una pura vez la pase con mis amigos en la previa de mi cumpleaños y cuando eran las 12 de la noche me escondí en el baño, es que no estaba acostumbrado a que me abrazaran otras personas a parte del tío Romulo, el chófer del transporte escolar, imagínense que me regalaba galletas de chocolate sólo por abrazarlo.
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