Secuestro

No corras, será inútil y no puedes hacerlo con las piernas rotas. Arrastrandote no llegarías a la puerta, no lo intentes. 5, 4, 3, 2… Y ya te atrapó. Te lo dije. Sólo harás que se enoje, déjate aficciar por unos segundos y sonríe, sin duda lo confundiras. No huyas, ganate su confianza. Promete que siempre estarás a su lado y tomalo por sorpresa. Poco a poco irá sediendo, irá confiando. Ja! Confiando en la mentira de que aceptas su encierro. Subiras del sótano, Pero aún es muy pronto para correr. Analizalo, pronto te dejará comer y dormir sin las cadenas. Te mordera algunas veces pero sonríe, siempre sonríe. Aunque duela, porque si quieres correr aún será inútil. Ahora que tienes un poco de su confianza y que no llevas cinta adhesiva en la boca busca el momento. Tus piernas están mejor y él ya no las rompe por miedo porque ya no teme que huyas. Es tu momento, corre. Y si lo logras nunca más vuelvas a vivir atada, nunca más dejes de correr.

Grita.