Que ganas de haberme llamado Juan Perez o Luis Soto, hubiera pasado tan desapercibido entre todos los pendejos. Por último ser de apellido Echeñique, así todos sabrían que a la larga tendría más dinero que ellos y me tendrían que respetar a la buena o a la mala, por lo menos los papás me hubieran tratado con cuidado para no perder sus trabajos. Mi apellido es Pittet Ventura, no es de adinerado ni de deportista de alto rendimiento, es de un inmigrante dedicado a la función de chófer de tren (lo más parecido a Transantiago en Europa) que huyó en la pos-guerra de los nazis de clase media-baja. Hace pocos años quise saber sobre mi apellido y se me ocurrió buscar en Internet www.pittet.com y de manera inesperada apareció una empresa, estaba tan contento, era la opción de salir de la pobreza y poder emigrar del país. Quizás sea una empresa de Whisky o una de tabaco, esas eran mis opciones, hasta fijarme que era una empresa de muebles para pies. No busquen la página, creo que la empresa ya quebró al igual que mi familia.
Los chilenos son medios pelotudos, si te ven moreno y con apellido común te tratan mal, pero si te ven medio rubio y con apellido raro te ofrecen hasta la virginidad (hombres, mujeres y gatos) pero cuando chico no era tan así a decir verdad. Cuando estaba en el colegio, momento en el que era regordete y bastante pánfilo, todos cambiaban mi apellido Pittet por Pate, o aun peor, a mis compañeros se les ocurrió inventar un juego que fuera como la pinta pero que se llamara la Pitonta (Pinta = Pitonta = Pittet) A los meses ya podías ganar 500 puntos si llegabas a la final de la Pitonta, me refiero en las alianzas del colegio. La dirección encontró muy buena la idea y se le ocurrió institucionalizar el bulling a mi persona y antepasados.
Para mi mala suerte Ace Ventura, detectives de mascotas, era un personaje popular por esos años y llevaba el mismo apellido que el de mi familia materna. lo único que realmente me asemejaba un poco era la evidente inclinación de los pies hacia adentro, porque yo hablaba lento, bajito y nunca había rescatado ni a un chanchito de tierra. El nuevo sobrenombre: Ace Ventura detective de mascotas con pata chula, sería por un tiempo el nuevo apodo para llamarme a la hora de formar equipos de fútbol. Emilio, nos sirves mucho en el equipo, al tener el pie chueco puedes engañar fácilmente al arquero con tus tiros con chanfle.
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