“ Noche” dijo mirándome,
Cuando le pregunté su nombre.
Un trago y después otro,
Humo y aire pesado.
Había empezado a tomar temprano
Y no hablaba para disimular la borrachera.
No la ví llegar pero noté su presencia.
En un parpadeo estaba a mi lado.
Sólo nos miramos a los ojos,
Y sin hablar salimos a la calle.
"No es bueno que me sigas" le dije,
A pesar de desear enredarme en su alma.
Besos apasionados contra las paredes,
Ella que huye y me llama, risueña.
En el último abrazo sentí su piel,
Suave y ansiosa de mis caricias.
La luna le daba un brillo inocente a su rostro,
El pelo oscuro enmarcaba mis anhelos.
No sé cuántas horas pasaron,
Pero el horizonte se hizo anaranjado.
“¿Cuál es tu nombre?” preguntó.
“Helios” respondí con los ojos cerrados,
Mientras se desvanecía en mis brazos.
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