Cuando entró Benita por el camino de arena para llegar a la casa se tomo unas cuantas Quetiapina que siempre llevaba consigo, se había hecho listamente con un cuadernillo de recetas con el nombre de un primo medico inexistente y se firmaba ella misma las recetas según lo que le diera la gana. Se hablaba que había tenido varios intentos de suicidio, como si el suicidio fuera malo, el suicidante se suicida porque decide libremente suicidarse. La puñetera gente la consideraba como una exaltada y no daban a crédito cuando ella respondía con monosílabos “si” “no” y algún “me parece estupendo” como mucho. No se podía pasar con las cantidades que ingería, por eso siempre respetaba las cantidades de Quetiapina. La muerte voluntaria formaba parte de su modo de vida, Benita lo comentaba en algunas ocasiones con ironía. De momento ahora no quería dar por finalizados sus días; disfrutaba mucho de sus largos paseos con su yegua, quería mucho a su hermano, escuchaba música y le quedaba algún interesante libro aun por leer. Su buena madre siempre estaba insultada por lo que pudiera ocurrir, como si su madre fuera inmortal y no se fuera a morir nunca. Incluso su madre vivía con un hombre de mente asesina, ideas lapidarias ¡que contradicción ¿no?! Acobardados por la estúpida lógica de la sociedad aun hoy en día más conservadora y más patriarcal de todos los tiempos, hacen del tema del suicidio voluntario como si con ellos no fuera la cosa. <<que se jodan todas esas personas que critican con cobardía ha un ser humano que decide libremente suicidarse, siendo el suicido algo que nos pertenece, después cada cual elige que hacer con su existencia>> le decía muy amenudeo a su hermano Benito. <<Que dices mujer, no digas tonterías hoy al menos hay un poquito más de libertad>> hablaba con su hermana de democracia. Ella reía de una manera desorbitada <<mañana por la mañana te vas a venir a hacer los mandados de cada día, pero esta vez vamos a parar en un bar y yo voy a pedir una copa de aguardientes y cuando veas la reacción de los presentes, después hablamos con un poco mas de profundidad de lo que significa la democracia>> Benita tenia muchas pero que muchas faltas o defectos, paro gilipollas no era.
Caminado por el camino de tierra ya a punto de entrar en la casa, cuando Benita se reía al recordar una estrofa de la canción “Mis Condiciones” del autor ya fallecido Miguel Benítez que decía:
Que estamos yo y el gufi preparados para reír en medio de la selva que existen cosas muy buenas y gazpachos para no dormir que no duermas, que no te enteras de vivir
Entro en casa y lo primero que hizo fue a echar un vistazo a su ser querido más grande [su] yegua. Se preparo una sangría con mucho arte y un tazón de arroz cocido con una lata de atún en conserva se sentó en una piedra mirando hacia la espectacular cuadra que tenia para Leticia. Más adelante ¡si Dios quiere! contare la historia del animal que cambio la vida de Benita 2 Veces. Eran las 17:05 cuando ya estaba cómodamente en el sillón de leer. Leía Juana La Loca de Ludwig Pfan iba por el capitulo 12 donde Juana dejo una tara física hereditaria a su hijo y a su nieto y el germen hereditario de una grave degeneración intelectual a un bisnieto.
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