Fue un día normal como siempre en la oficina, mucho trabajo, el jefe dando instrucciones de las cuales todas no tenían sentido. Lo único que me motivaba a estar en esa oficina era Gabriela, la secretaria. Una mujer de tez blanca pelo negro y largo, muy bonita, con un cuerpo que cada vez que lo veía pasar me llevaba a las nubes y me hacía meditar e imaginar cosas con ella, tocando sus bellos pechos, acariciando su sexo y por que no bebiendo sus néctares...
Pero lamentablemente solo era la imaginación (pero todo cambió).
Ese día tuve trabajo extra y tuve que quedarme después del trabajo, todos mis compañeros se fueron, excepto ella, pues yo sabía que todos los días se iba un poco más tarde también. Llegó el momento en que terminé mi trabajo, ella se da cuenta y termina también con lo que estaba haciendo, por ende nos encontramos justo fuera de los baños camino a la salida. Ella camina primero que yo, deja caer sus llaves al suelo, se agacha rápidamente ante mi, yo no alcanzo a frenar y estrello mi miembro a su trasero que estaba duro como un balón de fútbol muy inflado. Perdón, le dije y ella me dice: no te preocupes fue mi culpa...
Debo decir que sentí un gran bulto entre tus piernas, nunca sentí uno así. Mi corazón se aceleró y mi miembro se llenó de fuego, ardía de ganas de poder atravesar a ese hermoso animal que estaba frente de mi. Pero no podría asimilar lo que pasaba y le respondo: no te entiendo...
Pero ella tenía muy clara la situación. Se me tiró encima, me besó como nunca nadie lo había hecho, bebí sus salivas, era el brebaje que jamás tomé. La agarré de la cintura y la apreté contra mi miembro y sentí lo inchando de su vagina. Nos metimos al baño, bajó mis pantalones y me lo chupo como una verdadera puta profesional. Luego la subí al lavadero y comencé a beber el líquido que expulsaba su vagina (tal como muchas veces lo soñé). Se fue dos veces, pero seguía muy caliente, parecía que su marido no hacía bien su trabajo. Luego agarro mi pene con su mano y lo introdujo en su sexo. Ooooo sentí como apretaba mi miembro con su vagina, dejó caer un gemido que hizo que me excitara 100 veces más de lo que nunca estuve. Comencé con mis movimientos y ella decía: dame más... Aaaaa gritaba estaba loca de placer, los dos transpiramos, y se lo metía más fuerte hasta que ella gritó:ME Voy!!!!
Y finalmente se fue, pero yo seguí con ella dentro. Luego me decía sácalo por favor que no puedo más, pero yo no podía dejar ir este sueño, esto que soñé durante 5 años... Oooo, yo gritaba de placer, de placer por hacer sentir a esa hembra mujer.
Finalmente deje salir toda mi leche dentro de ella... Me dijo: gracias. Luego nos vestimos y nos fuimos cada uno a casa... Al día siguiente nos vemos en la mañana y me dice... Estoy lista para la segunda vuelta; mi corazón y mi miembro casi estallaron....
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