Prisión de deseo (erótico)

Puedo sentir su aliento cerca de mis labios, es como si las puertas del Edén se abrieran a mi un simple mortal, puedo ver como sus ojos se han cerrado como si de esa forma no viera lo que provoca en mi y aun asi de alguna forma extraña estuviera llamando por mi, estoy solo ha unos centímetros de ella de sus labios, de su aliento y con la cercanía mis fuerzas se agotan, mi resistencia se hace cada vez menor pues mis deseos empiezan aflorar como un gran dragón que moraba dormido hubiera despertado por los llamados de la diosa y la fuerza de la luz del deseo.

Sid ? puedo oir mi nombre y como su alma y sus labios me llaman.

Su voz ha dejado caer las ultimas barreras de mi mente y acercándome a ella posando mis labios en los suyos siento como una fuerte tormenta de emociones llegan a mi corazón, haciéndolo latir como nunca lo había hecho mis ojos se han cerrado y aun así puedo ver, es como si por primera vez pueda ver un sabor un aroma, como sus labios juguetean con los míos, como si sus deseos hicieran que los míos quedaran del tamaño de un grano de café comparado al tamaño del sol de las mañanas saliente por las montañas, dominando todo ante su brillo.

No puedo controlarme mientras mi mano sube a su cabello acariciándolo suavemente tratando de retomar algo del control pero al momento en que ella posa sus mano y la entrelaza en la mia, la única que tenia libre me doy cuenta de la verdad solo soy un títere de sus deseos y he sucumbido en su telaraña, ahora solo soy un muñeco de trapo que ha quedado ante su dominio.

Sus labios son como un gran océano en el cual trato de navegar pero me es imposible cuando trato de emerger y tomar el control una gran ola expresada en sus movimientos sus caricias y su lengua jugueteando me llevan de nuevo al fondo, como si me dominara y no me quisiera soltar.

Su mano se aferra a la mía, moviendo sus dedos entre los míos y dejando que mi otra mano acaricie su cabello, sus movimientos son suaves pero constantes como si sus deseos hubieran al fin aflorado.

No puedo tomar el control, pero con mis fuerzas las pocas que me quedan logro quedar al fin sobre ella dejando libre mi mano para poder al fin acariciar un poco mas de su piel como si un nuevo colono hubiera llegado a tierras jamás vistas o pisadas dejando su vestido sobre sus muslos mientras mis manos logran ir un poco más allá tocando sobre su vestido y bajando un poco mientras abro mis ojos para lograr ver su mejillas coloradas como si todo el flujo de sangre hubiera queda represado en ellas dejando ver unas piernas blancas que contrastan con el color blanco pero algo mas bronceado de mis manos las cuales recorrer de sus pies a sus rodillas, con el temor de mi corazón de subir un poco más, pero aún así ella con sus ojos cerrados dejando salir leves quejidos que parecen mas de placer que de dolor, una extraña sensación como si estuviera luchando en su mente con dejarse ir o reprimirse.

Mis manos juguetean aun con sus piernas y lo delicado de su piel subiendo levemente hasta sus muslos, oyendo como el ritmo de su respiración aumenta, retomando el control de la situación abriendo sus ojos con su mirada como jamás la había visto lasciva y retorcida levantándose y tomando mi cabeza para acercarlo a su pecho dejándome oír el latir de su corazón mientras acariciar mi espalda, quizá para demostrarme que solo soy su títere, alejándome un poco bajando un poco las ebras que separan y unen a la vez su vestido de su piel dejando solo levemente un poco descubierto una parte de su vestido.

Ahora lo entendía, esto era un juego y yo su juguete, dominado y totalmente controlado, con la mirada entregada a ella, lo veo en sus ojos carmesí y en su sonrisa esto no hace mas que empezar, y su dominio en este terreno que ahora es su cama no ha hecho mas que empezar ella la reina y yo su esclavo, el fruto para su placer.

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