LA PROPIEDAD.-

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Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
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Tropezamos en el vestíbulo del hotel de una forma casual, yo me disculpé con un ¡Lo siento! escueto... mientras ella decía con nerviosismo: -Ha sido culpa mía, estaba distraída... Se agachó a recoger unos folletos y yo, por inercia, me incliné también. Tuvimos mala suerte de nuevo: nuestras cabezas se golpearon, aunque levemente. Me eché a reir y dije: -Creo que deberíamos de empezar de nuevo, seguro que nos sale mejor. -¿Quieres que choquemos otra vez? dijo ella con humor... -Mejor tomamos un café, te invito.

Tomamos ese café y charlamos. Yo había terminado mis reuniones y ella acababa de despedir a su marido -juez- que había tenido que volver a Madrid por un caso urgente, dejando a su esposa sola esa noche ya que volvería al día siguiente. Empezaban unas breves vacaciones de cinco días.

Le propuse una cena ligera y seguir seguir la conversación o abreviar e ir a una sesión de cine. Ella dudó, aunque creo que le seducía el ir al cine... Parecía una mujer cuya vida, probablemente cómoda, estaba muy marcada por las relaciones sociales de su marido, sin libertad para si misma. -Puedes pensarlo sobre la marcha... ¿quedamos aquí en media hora? Ella me miró como evaluándome y al final sonrió y me dijo: -De acuerdo, en media hora. Iremos al cine, me apetece ver la película. 

Tardé solo veinte minutos en ducharme y cambiarme, poniéndome una ropa más informal. Ella fue puntual. Estaba mucho más joven con el pelo suelto y su atuendo sport.. -¿Vamos?, dije y ella asintió. El cine estaba a apenas veinte metros. Al ser lunes poco concurrido, pudiendo elegir sitio. Nos pusimos en la parte de atrás y centrados. No teníamos a nadie cerca. Nos sentamos muy erguidos, ambos, aunque estabámos más pendientes del otro que de la pantalla. En un momento determinado mi pierna rozó la suya y ella no la retiró... Yo intensifiqué la presión de la pierna y ella resistió. Pasé mi brazo por su butaca sin tocar sus hombros y ella se recostó un poco sobre mí.  Entonces mi brazo rodeó sus hombros y ella se acercó aún más... Busqué su boca y la besé con fuerza, ella respondió con la misma intensidad.. sentí su lengua y metí la mano por su pelo y sujetándola por la nuca, le mordí los labios... Ella gimió y me abrazó.

Sus pechos, sus pezones, sus muslos, su clítoris.... fue trabajado a conciencia... ella estaba ardiendo.... y yo le dije al oído -Eres mía, vas a serlo totalmente.... -Si, dijo ella, soy tuya... Faltaba algo... e hice que lo probara. Cogí su pelo y empujé su cabeza a mi sexo... -Búscalo sólo con la boca....¡Hazlo! Ella bajo la cabeza y pasó primero su lengua... luego se lo metió todo en la boca, chupándolo con ansia....

Me miro al terminar.... -Es la primera vez que lo hago... -¿Te ha gustado?

-Si, me ha gustado y quiero pasar toda la noche contigo. Quiero que te vayas y que en media hora estés en mi habitación.... vestida con tus mejores galas, yo te las iré quitando una a una. Si tardas un minuto más te azotaré. -Desde ahora serás mi sumisa. ¿Lo has entendido?... -Si, Amo dijo antes de irse....

Esa noche ella conoció lo que era su propia sexualidad, hizo cuanto le ordené y despertó a una nueva vida.

Nos vimos muchas veces más y fue una sumisa fiel, obediente y entregada. Nunca se arrepintió de haber adoptado la sumisión.

 

DELACH.-


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