Una vez mi esposa me dijo que estaba pensando en su ex-compañero de trabajo, pues tenia tiempo sin verlo, yo le dije: Tú lo que quieres es portarse mal otra vez... jajjaajajja, pués ella me dijo que tal vez sí.-
-Llámalo a ver que te dice - y él muy socarron se alegró al recibir la llamada y quedaron a verse en un centro comerial.-
Después de charlar un rato y unos helados él le dijo:
-Me gusta como te chupas esa barquilla, quisiera que me lo hicieras igual a mí.
-ella: Pués que estas esperando?
Se metieron al carro y se la llevó a un motel cercano a la ciudad.
Después de unos besos apasionados él se desnudó y le puso la polla en la boca para que saboreara un manjar, no de helado, pero si de carne.
Luego de ella estar desnuda la puso en cuatro patas y le metió la polla en la vagina que estaba muy húmeda, pero el muy socarrón la sacó y se la puso en la entrada del trasero, ella le decía:
-Por allí no que eso me duele.
-Pero está húmedo y se la voy metiendo poco a poco.-
Ella no quería pero a su vez sí, por lo que el hombre se la metió poco a poco y le decía, quién te lo hace mejor? -Yo ó tú marido. Ella decia: Ambos ya que a mí me gusta que me lo metan por allí, y si lo sacas te mato.
Fue tanta la excitación que el hombre le acabó adentro del ano y quedaron satisfechos ambos.-
Al llegar a la casa y contarme todo, yo la tomé y me la lleve a la cama y le dije:
-Ahora te toca pagar los platos rotos, ponte en cuatro que te voy a rematar, pero primero tenga unas palmadas por esas nalgas para que seas una perrita de verdad.
-oooh si mi amorcito, castígame como me lo merezco.
Y sin mucho preámbulo, se lo metí por el culito y le di su castigo, pero esta vez le acabé en la cara y ella me lo chupaba, mientras yo le daba golpecitos suaves en la cara.-
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