Solo una oportunidad

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El día empezaba y Susy no quería levantarse, decidió permanecer en cama solo para ver por la ventana,  en realidad espiaba a su vecino, ella nunca abría las cortinas, pero alcanzaba a ver el cuarto de Tony, en ese momento él se estaba levantando, ya sabía su rutina, despertar, pararse, desnudarse, el baño y vestirse, disfrutaba verlo.

En ese momento él estaba de pie, se quitaba el bóxer y Susy pensó es perfecto. Le gustaba verlo jugar con su pene, siempre lo hacía en las mañanas, jugaba tanto que terminaba viniéndose,  a ella le hacía gracia verle la cara de asco cuando se llenaba la mano con aquel líquido.

Muy a su pesar se levantó y decidió darse un baño, optó por la tina, la temperatura del agua la relajó, lo que había visto la dejó inquieta, sin darse cuenta sus dedos se dirigieron a su zona íntima, notó que estaba excitada y decidió darse un masaje, usando dos dedos frotó muy detenidamente su clítoris, fue aumentando la presión hasta que terminó con un orgasmo suave pero muy prolongado.

Mientras desayunaba pensaba en Tony, había sido su primer amor, con él perdió su virginidad,  y después de cinco años terminaron, según él porque las parejas nunca se casan con su primer amor, ella nunca le creyó.

Salió al trabajo aun con la sensación del orgasmo y pensando en Tony, ambos habían tenido otras parejas, pero a ninguno les funcionó, a ella no le urgía casarse, pero quería compañía.

Terminó su turno y su jefe le ofreció llevarla a su casa, él aunque cuarentón era atractivo, esa noche él se sinceró y le dijo -Susy me interesas-, fue lo único que ella oyó, la impresión la privó, Mark había sido su jefe desde que ella llegó al trabajo, hacía ya  cuatro años y nunca notó nada, ella no sabía que pensar.

Al llegar a su casa Mark insistió diciendo -sólo pido una oportunidad-, Susy le prometió pensarlo,  al despedirse Mark la besó en la mejilla y de ahí pasó a la boca, un largo beso, la lengua de Mark jugaba con la suya, ella no podía separarse, él la sujetaba de los brazos, ella sintió sus manos fuertes y cálidas, como si con ellas la cubriera toda, al separarse ella se sintió vacía.

Susy no quiso cenar, la propuesta, las manos, el beso, la boca, todo, ocupaban su mente, Tony por primera vez en mucho tiempo no estaba presente, Mark había dejado una impresión muy fuerte, ella no podía dejar de pensar en él, así se quedó dormida.

El sonido del teléfono la despertó, era Mark invitándola a desayunar ella aceptó, tomo un baño y se arregló. Cuando abrió la puerta pensó en Tony, estuvo a punto de equivocarse de nombre,  Mark venía sonriente, desayunaron y hablaron, ella se sentía feliz, se fueron al trabajo y de ahí la llevó a su casa, ella lo invitó a pasar… tenían que hablar.

Hicieron de cenar entre los dos y la sobremesa se extendió, ella lo oía hablar, él dijo -desde que te vi supe que serías mía-, ella trató de contarle lo de Tony, pero Mark lo sabía, él había notado su tristeza cuando terminaron y le confesó, yo te mandé las flores, ella enmudeció.

Al terminar con Tony se deprimió y estuvo recibiendo flores a diario por más de tres meses, siempre creyó que eran de Tony; sabes, le dijo Mark –con eso recuperaste tu sonrisa- me doy por bien servido.

Por primera vez lo vio a los ojos, eran color miel y transparentes, uno podía darse cuenta que él era bueno, se acercó para besarlo, él buscó su boca, la tenía dulce, era un beso fuerte, ella sentía un hormigueo en el estómago, instintivamente con la mano busco su miembro, era grande y sintió que al tocarlo se hacía mucho más grande.

Al sentir esto Mark se acercó más a ella y tocó una de sus piernas, suave y tibia, a ella le gustó, pero Mark se separa y le dice –no quiero que me des las gracias así, quiero que quieras-, ella contestó – lo quiero-.

Él la besa mientras le abría el vestido, ella intentó abrirle el pantalón, entre los dos se desvistieron mientras se besaban despacio y cálidamente, al estar desnudos se acercaron más y se abrazaron, él la rodeó con sus brazos mientras ella presionaba sus senos con su pecho, Susy sentía como latía su corazón y el de él, al mismo ritmo, más abajo sentía como contra su vientre estaba una imponente verga que decía quiero entrar, Mark bajó los brazos y tocó los glúteos que pensó, eran perfectos, delicadamente recostó a Susy en el sillón y viéndola a los ojos se puso sobre ella.

Necesito que estés tranquila y que sepas que nunca te lastimaría, ella lo oía y se dejaba llevar por la voz, de repente sintió como la mano de Mark la tocaba por dentro, él le decía -mírame a los ojos y ella se veía dentro de él, los dedos se movían, ella se sentía flotar, de repente la otra mano tocó sus pechos, ella por instinto separó más las piernas y sintió, como esa verga entraba y se movía tan rápido que le quitaba el aliento.

Fue un tiempo que no pudo medir, Susy quería hablar pero no podía, de repente sintió que él aún adentro jugaba con su clítoris, eso la desconectó de la realidad y la hizo moverse al parejo de lo que tenía dentro, él le avisó -me quiero venir en ti-, ella asintió con la cabeza y se dejó llevar por el orgasmo que estaba teniendo.

Acabaron al mismo tiempo, el recostado junto a ella, Susy pensando en esos ojos color miel y en lo que acababa de disfrutar, no estaba muy consiente pero oyó a Mark decir –quiero una respuesta- ella contestó - te la acabo de dar-, él entendió y la besó, para desde ahí comenzar a compartir sus vidas.

 


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