Mandarinas sabor pasion. Parte I
Por F J Lorenzana
Enviado el 08/05/2018, clasificado en Adultos / eróticos
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La observaba desde niño desde mi ventana, ella vivía en el bloque de enfrente, su habitación daba a la parte trasera de mi terraza, sabía que se llamaba Clara, porque su padre, a veces, a gritos la llamaba.Hombre de carácter severo, barba densa que de verlo ya te asustaba. Hacía poco más de un mes que se instalaban, donde antes había una anciana, ahora unas largas piernas observaba, preciosa melena rubia, cara redonda y unos labios que sin palabras te quedaba. Por la noche, al llegar siempre a su casa la ropa se quitaba, se preparaba para la ducha, yo corría como un loco a asomarme y poder verla desde la ventana pequeña de mi terraza, minutos que me sabían a gloria, ¡Dios! ver como se desnudaba, apenas tenía diecisiete años, y para mí, no había nada que más me impresionara, no corría del todo las cortinas, había bastante distancia, pero con imaginármelo sobraba, tener sus pechos enormes en mis manos, y que de espaldas se quedara, observar cómo le caía su pelo al bajarle suavemente su tanga, corto pero intenso este maravilloso sueño, las luces de su cuarto se apagaban,se dirigía a la ducha, el resplandor de la luz del lavabo todo el bloque iluminaba, ella se miraba al espejo durante varios minutos antes de meterse en la ducha y yo de este reflejo me aprovechaba. Con cara de alivio el sujetador se quitaba, y en cuestión de segundos sus pezones se endurecían por el aire que pasaba al dejar entre abierta la ventana, tampoco le preocupaba mucho, estaba totalmente concentrada, se soltaba el pelo, y muy despacio su tanguita morado se bajaba, mi madre siempre me interrumpía preguntándome que hacía tanto tiempo en la terraza, que me viniese a la cocina que la cena estaba preparada, mientras tanto ella se metía en la ducha, para mí desgracia todo el rollo se cortaba, el vapor del agua caliente y la insistencia de una madre enfadada.
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