El encuentro (segunda parte)
Por AlexAA
Enviado el 16/05/2018, clasificado en Adultos / eróticos
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La suelto el sujetador y acaricio sus firmes pechos haciendo círculos y apretándolos con cada vez mayor intensidad, comienzo a besarlos y chupar sus excitados pezones, mientras Jen toca mi sexo desnudo, lo acaricia suavemente, me excita y se endurece. Cojo a Jen por la cintura y la siento en el sofá, me pongo de rodillas en el suelo y beso sus pechos, mordisqueo sus pezones y voy bajando suavemente con la lengua por su estómago hasta besar su ombligo, mientras acaricio suavemente sus muslos y coloco uno de ellos sobre mi hombro para poderlo besar y mordisquear de menor a mayor intensidad, Jen tiene unos muslos redondos y suaves, su blanca piel se está tornando de color rosa por la excitación. Beso su ingle mientras la oigo jadear, me encanta que jadee, me excita aún más de lo que ya estoy.
Eres preciosa y dulce, la digo, con voz lasciva.
Jadea y sonríe.
Gracias. Me dice con voz quebrada.
Comienzo a recorrer su ingle y sus muslos con la lengua. Me pide que le coma su sexo, pero prefiero seguir besando y mordisqueando sus muslos, haciendo que desee aún mas que la lama su sexo. La beso en la boca, me saliva de la excitación y vuelvo hacer el mismo recorrido, hasta llegar a su sexo, empiezo a besar su suave, húmedo y depilado sexo. Lo lamo y lo chupo, introduzco mi lengua, empieza a gemir, me pide que le chupe más rápido, la lamo el clítoris lentamente haciendo círculos y de lado a lado con la lengua, de vez en cuando la doy un lametón húmedo por todo su sexo, mientras la lamo el clítoris, introduzco el dedo muy despacio haciendo círculos, siguiendo un ritmo lento a más rápido según sus gemidos - Su olor sexual es embriagador- cada vez más rápido, Jen gime cada vez mas alto, ¡me ponen mucho sus gemidos!. Finalmente, la oigo:
Me corro, me corro, ahh….
Noto su explosión, tras un rato contraída, siento la liberación de su cuerpo, el alivio de sus sentidos y la relajación de su alma. Se ha liberado y sonríe con tono rojizo en sus mejillas.
Tras unos segundos.
Ahora, cariño es tu turno, me dice.
Me coge con fuerza y me sienta en el sofá, se sienta encima mío, muy húmeda y excitada – ¡me encanta! -, mientras me besa, con besos muy húmedos, fricciona su cuerpo con el mío mientras jadea. Me besa el pecho, el estómago, acaricia mi cuerpo, aprieta mis pectorales, me sonríe. ¡Que sonrisa más preciosa! Mientras baja con la lengua por mi estómago, me acaricia los testículos y se introduce mi sexo en la boca, comienza a lamerlo a chuparlo, lo humedece.
¡Qué bien lo haces Jen!. La digo.
Chupa mi sexo cada vez más rápido y de manera más húmeda, jadeo, lo hace realmente bien. De repente para.
¡Esto te va a gustar mucho más!
Deja de chupar mi sexo para sentarse sobre mi e introducir mi sexo dentro del suyo. Comienza a moverse despacio mientras gime. El movimiento de su cuerpo escultural es maravilloso, se mueve como una antigua bailarina de la danza del vientre. Gime cada vez más alto, nos besamos, jugamos con nuestras lenguas, nos miramos a los ojos, sus castaños ojos brillan con intensidad ardemos en deseo el uno por el otro. La cojo por la cintura, con delicadeza pero con decisión, la tumbo sobre el sofá, me tumbo sobre ella, acaricio sus brazos, beso su cuello, Jen acaricia mi espalda y con cada gemido la aprieta con más fuerza. En un momento, ella me coge me dice que me incorpore un poco y se da la vuelta, nos ponemos de costado de manera que hacemos una “C” con nuestros cuerpos, seguimos con un ritmo vivo y constante, noto como Jen gime con mayor intensidad, acaricio sus redondos y sedosos hombros, los beso, veo que sus mejillas están del color del vino rosado y la beso en el cuello, el aroma fresco de su pelo me enloquece, aprieto su tierno y excitado pecho. Nos volvemos a incorporar en el sofá, se sienta sobre mi y comenzamos a movernos de nuevo de manera muy intensa, jadeamos, gemimos, compartimos el sudor que hace brillar nuestros cuerpos, nuestros ojos brillan como llamas en la tenue luz del salón, nos sonreímos y nos besamos, hasta llegar al clímax total, una sensación de llegar, tocar el Sol y caer lentamente a la tierra, nuestros cuerpos brillantes y húmedos se abrazan, se relajan y se besan. Tras un rato nos miramos con cariño, nos sonreímos y nos quedamos abrazados.
Jen, eres fantástica. La susurro al oído.
Jen simplemente me abraza con mayor intensidad mientras me sonríe. ¡Esa fantástica sonrisa me enloquece!.
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