Denunciar relato
Una de las narraciones que oi en la universidad, de los setentas era mas o menos la siguiente: si a un cientifico se le pide que entre a un cuarto obscuro que se sabe vacio, a pillar dentro un gato negro, obviamente se negara. Pero si se le pide a un teologo la misma cosa, no solo entra al cuarto obscuro, sino que sale con el gato negro.
Lo curioso es que el cientifico hace lo mismo, es decir, descubre entidades aparentemente inexistentes en la casi completa obscuridad de la materia.
Para el primero, la fe. Para el segundo, la verificacion.
Para ambos el trabajo duro y disciplinado, por amor al saber.
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