Nos asistimos
en el paseo de esta mañana,
que empezamos
con brillo
porque nos confesamos
con voluntad y belleza.
Significamos mucho.
La sintaxis nos conduce
a lo interior,
a las creencias en nosotros mismos.
Suena bien:
la vida nos propicia
dignidad, respeto
y deseos claves
para dar con las respuestas
más sanas.
Escribimos
con un tono mágico,
con una dimensión fantástica
que nos pone de acuerdo
con las almas afines.
Somos en la importancia máxima
de una constelación de objetivos
que nos encandilan.
Nos compaginaos
con el día, con el cariño,
con la emoción, con los hechos
que nos liberan
en los albores de una jornada
que nos tranquiliza.
Contactamos
con lo que tiene que ver
con lo más auténtico.
Nos beneficiamos.
Nada podría ir mejor,
o puede que sí.
Vamos a intentar
la felicidad
hasta que el cuerpo aguante,
y más allá.
¿Vamos de paseo?
Juan Tomás Frutos.
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