Un viaje de trabajo 1
Por Danmor
Enviado el 11/06/2018, clasificado en Adultos / eróticos
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Treinta y seis años y soltera, esa era Rose una mujer muy hermosa pero con mala suerte en el amor, había tenido 2 parejas pero ambos la engañaron. Trabajaba para un abogado, pero deseaba encontrar quien la quisiera.
Un día su jefe le habló a la oficina, tenía un viaje y quería que lo acompañara, Rose inmediatamente dijo si, su jefe la mandó a su casa por lo más necesario y quedó de pasar por ella en media hora, viajarían en coche.
Eso era buena suerte, se vistió con una falda pantalón y una camiseta, su figura se podía adivinar, preparó sus cosas y cuando estaba cerrando la pequeña maleta llegó su jefe, al abrir la puerta él se sorprendió al verla, se veía tan juvenil, no podía dejar de verle los pechos, se la podía imaginar desnuda, ella notó su mirada y creyó que iba demasiado informal, le preguntó y él sólo contestó –ESTÁ USTED PERFECTA−.
En el camino su jefe le explicó lo que su cliente quería, Rose lo oía pero disfrutaba más del paisaje, él hablaba y ella no contestaba, entonces él le tocó la pierna y eso la trajo al presente.
Los dos se quedaron perdidos, él sintió como ella se estremecía, no recordaba cuando fue la última vez que sintió algo tan suave; Rose sintió la mano sobre la pierna, pero a pesar de que era sólo la mano, sintió como si le oprimieran la boca del estómago, como si la mano hubiera llegado a su entrepierna y tratara de entrar, pero no fue así, él sintió su sobresalto e inmediatamente quitó la mano disculpándose.
Hicieron una parada para comer y cargar gasolina, Rose se bajó a estirar las piernas, su jefe pudo verla detenidamente era perfecta, como deseaba desvestirla en ese momento, la voz del despachador diciendo −YO ME LA ECHABA− lo hizo girar bruscamente y golpearle la cara, el pobre chico se disculpó.
Él iba enojado Rose le dio las gracias por golpear al chico, ella le explicó que se le había insinuado y que le había pedido un rapidín, él se molestó aún más y pudo darse cuenta que se estaba excitando.
Llegaron y el anfitrión los esperaba, era una casa enorme, los hospedaron en la casa de huéspedes, un departamento con dos recámaras, en una mesita había una canasta de frutas y una nota que decía lo que escojan del vestidor es suyo, feliz estancia.
Oyó a su jefe decir, debemos de apurarnos la cena es a las 7:30, Rose se dirigió al vestidor y en el espejo había una nota de reglas de etiqueta, la cena era formal, eligió un vestido recto de lycra azul, con una abertura lateral que le llegaba a media pierna, le quedó a la medida y se notaba que todo era natural, al verla su jefe no sabía que decir, le fascinaba, el haberla traído fue la mejor decisión, en voz baja susurró sus maridos debieron estar ciegos y estúpidos por dejarla ir, ese comentario la hizo sonreír.
Había más invitados, Rose notó que los hombres no le quitaban la vista de encima, así que decidió estar cerca de su jefe, mientras cenaban alguien preguntó –¿CUÁNDO SE CASÓ ABOGADO?−, pero su jefe sonrió y sólo dijo en eso andamos.
Antes de que los anfitriones se retiraran a descansar, la señora dijo −a las siete en punto para dar un paseo a caballo antes del almuerzo− y se retiró junto con su esposo.
Rose se puso de pie e inmediatamente su jefe la imitó, se despidió diciendo buenas noches y los dos se dirigieron a su casa, en el camino él se disculpó por no haber aclarado que no eran novios, cosa que a ella no le molestó.
Al llegar su jefe le ofreció algo de tomar quería hablar con ella, Rose dijo dame dos minutos para ponerme algo cómodo y regreso.
Ella se estaba desvistiendo con la puerta abierta, al quitarse el vestido él se dio cuenta que no traía ropa interior, se puso una bata encima, pero no la cerró, se le podían ver los pechos redondos y más abajo un pelo púbico que marcaba la entrada al paraíso, él no se había movido, ella regresó y preguntó −¿QUÉ PASA?−, él no podía hablar, tenía su imagen desnuda en la mente y el verle los pechos le quitaba el habla, Rose quiso ir por un refresco pero él le tomó la mano y no la dejó caminar, le preguntó por las razones de sus divorcios y ella le dijo como la habían engañado, él mencionó que su esposa había muerto el año pasado, y ya no habló.
Él se veía triste y Rose lo abrazó, el devolvió el abrazo pero el sentirla tan cerca hizo que se excitara, su pene respondió, ella lo notó, sentía como le oprimía el vientre, pero le gustaba la sensación y se pegó aún más a él.
Estaban abrazados y ninguno de los dos se movía, él dijo −QUIERO QUE ME OIGAS Y CONTESTES HASTA QUE TERMINE−, ella susurró –te oigo−,
−QUIERO QUE ACEPTES CASARTE CONMIGO−, él pudo sentir como ella se ponía tensa, y continuó hablando, me falta la compañía de alguien, yo jamás te trataría mal.
Ella sin soltarlo preguntó – ¿Y EL AMOR?−, el sin pensarlo dijo, aquí está y la tomo del pelo para ladear su cabeza hacia atrás y besarla, ella contestó el beso, fue suave y muy largo, ambas lenguas se exploraban y no querían terminar de jugar, nunca nadie la había besado de un modo tan tierno, mientras se besaban él metió las manos dentro de la bata, solo para acariciar su espalda y sus nalgas, podía sentir el calor que salía de su zona íntima.
Al terminar de besarse él le dijo –ME GUSTA LO QUE VOY DESCUBRIENDO Y NO QUIERO DEJARTE IR− ella no hallaba que decir, no quería salir herida ni lastimarlo a él, le prometió pensarlo y darle la respuesta al siguiente día.
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