Te odio.

Odio que un beso tuyo me embriague tanto que me deja en las nubes por horas.

Odio como el roce de tus manos hace que me ponga a tus pies para lo que desees.

Odio como tu mirada penetra mis pensamientos hasta llegar al punto de dejar todo por ti.

Odio no poder conformarme solo con un par de horas a tu lado.

Odio cada vez que te veo pero no te puedo tocar porque lo nuestro es un secreto.

Odio el deseo que nace en mi interior por ser solo tuya.

Odio que seas una de las pocas personas que tenga miedo de perder.

Odio que te hayas metido tanto dentro de mí que ahora no puedes salir.

Odio que me de vergüenza cuando me alagas con tus palabras bonitas para tapar tu falta de interés.

Odio que tus mentiras se conviertan en mi verdad.

Pero por sobre todo odio que yo te haya dejado entrar…