Denunciar relato
El menú del ego,
ahí lo tenemos,
en la carta diaria
de nuestra hipocresía.
Es el menú más barato,
salado y sin equilibrio
pero pasable
al paladar de la ignorancia.
El menú del ego
que todos los cocineros
televisivos
nos ensartan
en nuestras corneas idiotas
mientras los muertos de hambre
rebañan cuencos vacíos
en un mundo vacío.
Ese es el menú de los grandes cocineros,
ego aliñado con vanidad
y nitrógeno.
Dinero para ellos
y mierda para nosotros,
que rallamos la cartilla del paro
cual parmesano
encima del plato del tiempo,
a
falta
de
pasta.
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