La mejor de mis fantasías

Toda sesión de fotos tiene algo especial, ninguna es igual a la anterior sin importar si el modelo es hombre o mujer siempre hay algo que las hace especiales. Recuerdo cuando empecé a incursionar en esto, muchos me decían que desnudaría mujeres para que posaran frente a la cámara con suma facilidad, otros decían que sería el trabajo soñado… la verdad es que ambas son leyendas que la gente tiende a tener en el imaginario pues no es un trabajo sencillo conseguir quien quiera modelar, mucho menos quien quiera que sea capturado cada milímetro de su tersa piel.

En el andar fui teniendo la suerte de ir encontrando quien me ayudara a seguir mejorando, mujeres que estaban dispuestas a dejarse fotografiar, algunas más que otras. Recuerdo las primeras veces que las modelos al posar cometían descuidos, me sentía como un chamaco de secundaria cuando ve un descuido de sus compañeras, sonrojado, eufórico… excitado, pero claro como todo uno se acostumbra a ello, se acostumbra incluso a ver a hombres y mujeres posar semidesnudos sin que esto llegue más allá de alguna admiración.

Recuerdo mi primer desnudo, fue con una amiga, la excitación fue enorme, mirar sus senos, sus caderas, sus nalgas, como su cuerpo cambiaba en cada pose, como ligeramente y por ratos alcanzaba a observar sus labios, depilados, tersos… fue la primera vez que tuve que suspender una sesión para correr al carro y masturbarme en silencio, no podía sacar de mi mente esas imágenes. Durante la edición el proceso no fue más sencillo, tenía que reparar de vez en vez pues la excitación se apoderaba de mí; esto llego a tal extremo que se lo tuve que confesar a ella, jamás pensé que el resultado sería tan agradable y esos nos llevara a intentar más fotos como aquellas, sin nunca haber podido sacar fotos de nuevo, pero si muchos deliciosos recuerdos.

Seguí practicando, tomando fotos a amigas, familiares, conocidos incluso me llegaron a contratar mujeres del bajo mundo que querían darse promoción pero ya nada causaba esa excitación de fotógrafo. Fue cuando sin querer llego a mi alguien que había visto las fotos del desnudo, venía con una idea atrevida, quería fotos para ella de lo que le gustaba hacer de lo que más disfrutaba en la vida… su cuerpo y darse placer. Nos instalamos en un hotel, tan pronto termine de acomodar mis luces ella se encontraba tendida en la cama, desnuda, masturbándose, gimiendo de placer, entregada, poseída. No atine a decir palabra alguna, no pude hacer ningún movimiento, tan solo estaba de pie mirando cómo se retorcía de placer, escuchando la humedad de sus vagina, aspirando el olor de sus fluidos, al tope de la excitación de aquella escena; un grito hizo que se contorsionara completamente, de su ser salió disparado un orgasmo que mojaba la cama por completo mientras ella lamia sus dedos, no pude contenerme más, corrí al baño y me masturbe de forma frenética, estoy seguro que gruñí mientras lo hacía y estoy seguro que fui escuchado pero no me importo quería que supiera que lo había disfruta y quería que supiera que la deseaba… pero ella a mí no,

Cuando regrese a la escena ella miraba plácidamente la televisión, se puso de pie y comenzó a maquillarse, es ahí que comenzamos la sesión, perdí la cuenta de cuantos orgasmos tuvo en ese día pero sin lugar a dudas fueron más de los que aún me sigue provocando, por un momento creí que tomaría en cuenta la excitación que en mi provocaba y se apiadaría, sin embargo esto no sucedió y para mi mala fortuna al terminar se despidió y se fue.

De a poco fui olvidando lo que había pasado en esa ocasión hasta que llego ella, una mujer linda, de ojos hermosos y labios cautivantes, llego ella confesando lo que las fotos habían provocado en su ser y debo confesar que me puso nervioso, pues leer la excitación que en ella habían causado no sabía si se trataría de una mala jugada o si era genuina su excitación. Para mi sorpresa era autentica la reacción lo cual hizo que no dejara de imaginar la humedad que en ella habían provocado, no pude evitar mezclar los recuerdos de mi modelo y ella, de imaginar cómo comenzaba a separar de a poco sus piernas, recorriendo desde la rodilla hacia su entrepierna despacio, tocando el área mojada, moviendo sus dedos de arriba a baja provocando aun mayor humedad, retirando sus dedos y llevándolos a la boca para saciar su sed, no paraba de imaginar cómo se tiraba de a poco hacia atrás y metía una de sus manos debajo de su ropa interior, comenzando a jugar, tocándose, mientras que con su otra mano jugaba en sus labios para de a poco comenzar a bajar a sus senos, sintiendo su excitación, masajeando a la par ambas zonas, de a poco levantando su blusa, liberando sus senos, mirar como toca sus pezones duros, como los lleva a su boca y mordisquea, mientras mueve con mayor rapidez su mano dentro de su prenda. Imagino como comienza a bajar su pequeña ropa interior reflejándose destellos de hilos de su humedad, inundando el ambiente de su aroma, seduciendo, incitando… invitando. Se tira y sube las piernas mientras que con una de sus manos juega con su sexo, se toca, gime, suspira y sin previo aviso me mira, se detiene y pide que me acerque, al llegar a ella me pongo de rodilla y separando más las piernas invita a que pruebe de ella. Por un momento quedo petrificado, dentro de mis pensamientos no puedo creer lo lejos que ha llegado mi imaginación, sin embargo me dejo llevar y clavo mi cara contra su piel, comienzo a devorarla primero con mi lengua, primero su clítoris, hinchado, palpitante, sentir mi lengua la hace brincar, gime con fuerza, pega mi cabeza a ella, poseído por el sabor de sus fluidos clavo mi lengua en su ser, sacio mi sed en ella, devoro su humedad, aprieta mi cabeza con sus piernas, siento como arquea su cuerpo, escucho como grita y me llena de su orgasmo… En ese momento entra una llamada, siento mi entrepierna como punza sin embargo debo regresar a la realidad para atender a un cliente más.

Qué triste es no poder saciar tus deseos, y más por quien se tiene...