Where dreams come true.
Por Dante de Sade
Enviado el 25/06/2018, clasificado en Adultos / eróticos
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Jamás pensé llegar a tener una plática así con ella, desde que la conocí me sentí atraído por ella, sus lindas piernas contorneadas, su cadera bien definida y esos lindos senos que te hacen desear probarlos desde el instante que la miras, y es que es inevitable perderse en sus hermosos ojos pero también es inevitable recorrer la mirada hacia abajo, saborear sus labios gruesos, bien definidos, tentadores y continuar tu camino al sur, parar para admirar su feminidad, imaginarlos desnudos, pronunciados, coronados de unos pezones firmes, duros…
Jamás pensé llegar a leer de ella aquello que le excita, leer que se encuentra húmeda, deseosa, excitada a la par que yo… jamás creí llegar siquiera a este punto, confesarle que tengo una erección por ella, confesarle que me masturbo pensando en cómo la poseería pues la deseo, como deseo estar dentro de ella, sentir su humedad, su cuerpo palpitando, recorrer con mis manos su piel desnuda, como deseo hacerla gemir, hacerla terminar, saciarme en ella.
Jamás pensé que esto fuera posible… pero hoy lo fue.
Leer que lo que había escrito pensando en ella la había excitado, leer que estaba húmeda y deseando que algo así le sucedería hacia que mi excitación creciera, me era difícil concentrarme en mi trabajo, sentía el palpitar de mi pene dentro de mi bóxer, pedía que lo liberara, pedía que diera rienda suelta al deseo que por ella sentía… la pedía a ella. Imaginaba lo que sería probar su labios, fundirnos en un beso lleno de lujuria, de esos que alimentan la hoguera interna, de esos que llevan a arrancarse las ropas, imaginaba lo que sería tomarla por las nalgas y llevarla a una alcoba, mientras no dejaba de besarla, sus labios, su cuello, arrancar su blusa para devorar sus senos, mientras bajo la otra mano y comienzo a masturbarla dentro de sus ropas, mientras sigo mamando sus pezones, mordisqueándolos, regresar a los besos, sentirla encima mía mientras mueve sus cadera para provocar el roce de su vagina contra mi pene, sentir como al igual que yo esta poseída por el deseo, deseo carnal, deseo voraz.
Imaginar cómo baja solo un poco mis pantalones, lo suficiente para liberarlo, duro, erecto y sin pensarlo dos veces se lanza y comienza a chuparlo, lo mete por completo a su boca, me masturba frenéticamente mientras con sus labios besa la punta y me mira con esos ojos, llenos de deseo, mirando como roba gruñidos de mí, los gestos que provoca con cada lengüetazo que da, se aferra a él, lo devora con furia, desea saciar su lujuria con aquello que solo él puede darle, mientras con una de sus manos masajea mis testículos… no me puedo contener, me entrego al frenético placer, descargo mi semen en su boca mientras ella lo recibe, siento como lo limpia por completo, no deja que ni una gota se le escape. Impulsado por aquel orgasmo la tomo con fuerza y la lanzo a la cama, despojo de un tirón su pantalón, hago a un lado su calzón y la penetro salvajemente, me recibe con un grito, miro como retuerce su cara y su cuerpo de placer, mordisqueo sus senos mientras comienzo mis movimientos pélvicos, siento como sus músculos vaginales abrazan mi pene, lo aprietan, se siente exquisito, me vuelvo loco, hace que el ritmo de mis embestidas sea cada vez más fuerte, gime, grita, rasguña mi espalda, sus pezones se ponen más duros, apuntando al cielo, en ese momento cuando siento que está a punto de terminar salgo de ella, arranco sus calzones y pongo mi lengua en su vagina, mientras con un dedo comienzo a masajear su ano, se vuelve loca, apenas puedo contener su cuerpo para seguir mamando sus labios… es una explosión de placer que desemboca en mí, me empapa, estoy en el éxtasis, sigo mamando, se sigue estremeciendo y viene una segunda oleada. Esto no se puede quedar así, la pongo en cuatro y trato de penetrarla, su vagina aún sigue contraída, me cuesta trabajo meterla y grita cuando logro hacerlo, la tomo de su cadera y comienzo a hacerlo rápidamente, con fuerza, no puedo más la saco y la pongo justo entre sus nalgas, de un chorro lleno su espalda y parte de su delicioso culo.
Nos tiramos en la cama y nos fundimos en un cálido beso, nos abrazamos mientras disfruto de su cuerpo desnudo, es un deleite poder admirar su belleza…
Jamás imagine poder imaginar todo ello, ni mucho menos contarle un poco de ello.
Ahora que lo he hecho me pregunto…
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