Introducción: Trapstorno.
Observó en silencio la pistola en sus manos, aún caliente por el disparo.
Él no era así, no era lo que buscaba.
Sus principios eran corregir a las personas, comprenderlas sin caer en su oscuridad. Pero se falló a sí mismo. En lugar de responder a las dudas que tenía, acabó por crear otras más.
El sentimiento de vacío lo hostigaba todas las noches, impidiéndole descansar. El insomnio le creaba ansiedad, la ansiedad estrés, y el estrés depresión. Era inevitable no consumir cocaína cuando era lo único que apaciguaba su locura.
Ya no buscaba el significado de "Demencia", ahora su tesoro perdido era la voluntad de vivir.
Su nombre pasó de ser William Folch a El Enguantado, y no le gustaba.
¿Por qué tenía que acabar con las vidas ajenas? Lo peor era que él quería morir, y no esas personas que probaban de su gatillo.
¿Qué diferenciaba la cordura de la locura? ¿Qué era cada cosa?
Él todavía quería responder, pero se estaba perdiendo. Porque la cordura tenía su lado feo, y la locura su lado bonito.
¿A quién creerle? Experimentó lo suficiente como para saber qué era tocar fondo. ¿Y ahora?¿Cómo saldría a flote? Cambió su identidad, su forma de ser, su profesión: Pasó de ser detective a un delincuente.
Sentía que podía dar lo mejor de sí mismo, pero, ¿Cómo? La persona que yacía delante suyo, asesinada por sus propias manos enguantadas, tibias por el arma, tenía un propósito para vivir, una familia. Pero estaba haciendo mal las cosas. ¿Pero por eso estaba justificada su muerte? William sentía que hacía mal las cosas. ¿Entonces a él también no había que matarlo? Sin embargo no lo hacían.
¿Qué estaba bien y qué estaba mal? ¿Y si lo malo era bueno y lo bueno malo?
¿Qué es locura y qué es la cordura?
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