La luna llena de sabado iluminaba el llano y las arboledas como si fuera una naranja encendida.
Reunion de brujas y brujos desafiantes rebeldes de la Santa Inquisicion. Habia tambien enanos, energumenos y locos poetas ignorados.
Al centro del bullicioso tropel ardian verdes las llamas de los espinos. Un arbol reseco como mano muerta tomaba el lugar de la cruz.
El Brujo entre carcajadas y haciendo alarde de su virilidad, poseia a un macho cabrio sedado por alguna misteriosa pocima.
Despues de toda suerte de blasfemias e imprecaciones, el orgiastico grupo se entregaba al mas censurable de los desenfrenos, que algunos contemplaban a distancia con saltones y desencajados ojos.
Era tal el anatema del Sabath, tales sus guturales alaridos, que no escucharon el galope nocturno de los Inquisidores.
El ataque fue sopresivo y brutal, rodaron cabezas e impudicos miembros. A la pareja de brujas o brujos vivos los quemaron despues de crucificarlos invertidos.
Era el pecado y la justicia "normal" en aquel siglo, que rescato solo poquisimos grimorios en comparacion con el numero de santos canonizados. Pero esa seria otra historia.
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