Ahora me toca a mí la preocupación por saber dónde estás, si estás bien, si sentís frío, preocupaciones que eran tuyas.
Te busca mi niña, metida muy dentro de esta mujer tan grande que soy, no importa los años, te extraño, te extraño como esa niñita de tan corta edad.
Querías librarte de tantos grilletes que día tras día, más se ensañaban.
¿Dónde estás mamá, estás en el aire, en el viento jugando una ronda con los que antes estuvieron?
Viniste a mis sueños, sólo una vez, después con la lluvia de mis ojos tristes, tal vez te asustaste y esperando que pase la tormenta, a entrar volverás.
¿Dónde estás madre? te llevo en mi ser, estás en miis genes, mi sangre, en mi corazón. Mis gestos te citan, mis rasgos te llevan, eterna tarjeta de presentación.
En todo recuerdo que a mi mente acude, están tus gestos, consejos, desvelos; yo sé madre mía, que aún en tu ansiada, esperada, irremediable partida, el miedo y la duda acudieron a vos. Quedaban acá tus hijos y tanto dolor... y sola te ibas...
Compartimos la soleada niñez, la cuestionadora adolescencia, aún a mi lado te veo.
Sumando años a los años, adultos ya, me sentí por momentos tu madre y vi cómo a mis decisiones te entregabas, invirtiendo los roles.
Gracias por la vida, tantos años de vida compartida...
Pero hoy vuelta a hija, es de madre la falta y... a quién pdirle datos de tu nueva morada? quizá todas las letras de estas palabras las repitas conmigo, estando a mi lado.
Confianza es la fuerza, de debe crecer, saber que estás cerca, de luz animada y en esa cascada brillante y liviana te dejes mecer.
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