Aqui comienza toda la historia. Bueno, comienza para muchos como yo y termina para otros como para ella que años ya no le quedán o mejor dicho, no le sobran. Esa mujer que durante largos años represento a una familia tan importante como la mía, pero no me termino de explicar, porque chucha llegó a vivir a mi casa llena hasta ese momento de vigor adolescente.
Mientras yo tengo que cuidar que no le dé un ataque y se muera, mi mamá se tiene que levantar de madrugada para limpiarle la raja, si yo lo sé, al igual que lo hacía conmigo hace un par de años.
Es así la cosa y no hay nada que hacer, esta muchacha que tiene más de una docena de nietos y entre todos ellos justo a mi me tenía que elegir como su favorito.
Es rara mi abuela, es media bipolar porque le gusta Pinochet pero al mismo tiempo Ricardo Lagos y recordemos que este último le levanto el dedo al dictador para desafiarlo. De todas maneras no me extrañan las incoherencias despues de los 90 años, sobre todo pensando que recorta fotos de animales y las pega en la muralla de su pieza. Una vez recorto mi cabeza de una foto y la pegó al lado de un San Bernardo, me sentí tan afortunado.
En la mañana antes de irme al colegio la escucho barriendo con la luz apagada y gritando insultos a nosotros, en esos momentos pienso que es un agente de la DINA y está disfrazado de abuela para matarnos en secreto, lo pienso aún más cuando se levanta a prender las llaves del gas y luego se vuelve acostar.
Mi abuela es fanática de Sábado Gigante, de esa época en la que daban 12 horas al día el programa, en realidad es fanática de Canal 13, tanto así que pegó la gotita en ese canal para que nadie le cambiara el canal. Una vez pusimos cable y el canal 13 ya no era el canal 13, era el 22, no se dio cuenta y estuvo como una semana esperando que comenzara Sábado Gigante. Su rabia fue tanta que tomó unas tijeras, corto el cable, se electrocutó y murió.
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