Mi puta.
Por Albertao De león
Enviado el 02/08/2018, clasificado en Adultos / eróticos
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Era mi puta.
Ella, Marie, era mi puta. Siempre disfrutábamos del sexo, pero al ser una mujer de alma caliente, necesitaba experiencias que sacaran a relucir su sexualidad al límite, siempre que podía la cogía en mil y un lugares, situaciones excitantes para ella.
Un día cogiendo la en cuatro, mientras mi pene entraba y salía de ella de una forma deliciosa, sus gemidos eran irresistibles, al verla sometida a mi verga, pensé en que ella debía ser esa mujer de poder, ella debía tener el control y por una vez sacar su lado más de puta que tiene.
Fui de compras, busqué una lencería muy sexy, busqué unos tacones que sirvieran a ella para que ese cuerpo divino, fuera algo que no pudiera contener a los hombres, reservé una habitación de un hotel grande, para que tuviéramos comodidad y por último, mientras ella dormía o salía de bañarse, tomaba fotos de lo más sensual posible, ella no tenía ni idea de lo que le esperaba.
Le pedí a Marie que esta noche se arreglara para mí, le dejé la lencería y tacones junto a un vestido, le pedí vestirse frente a mí para disfrutar de la vista que me daba; primero comenzó a ponerse una tanga color rojo, diminuta por atrás, podía ver como sus nalgas entraban en ese triángulo y se perdía, siguió por ponerse unos ligeros que adornaba su cintura. Sus piernas hicieron juego con unas medias negras y por último un sostén negro, era perfectamente una puta elegante, de esas que cuestan miles pasar una noche con ella.
Se puso el vestido que le di, que apenas tapaba lo necesario y con los tacones, hacían que sus nalgas fueran más vistosas al caminar, salimos a cenar a un restaurante, donde lo que hice era tomarla de las nalgas, para que todo mundo viera a la putita de Marie, ella sabedora de la situación caminaba más morbosamente y movía sus nalgas de lo más descarado.
Todos los hombres veían a Marie y las mujeres la envidiaban, tenía el poder en ese momento, el restaurante estaba a sus pies. Decidí que era momento de irnos después de una cena ligera, solo pedí una botella de vino y la tomé para irnos, en el coche saqué mi verga apenas arrancamos y le ordené "chúpala" ella se empinó y en público comenzó a mamarme la verga mientras seguro, los carros de a lado veían sus nalgas en la ventana, ella me decía que estaba mojadísima y que quería hacerlo ya.
Le pedí calma, ya que tenía una sorpresa para ella, llegamos al hotel y apenas entramos, los hombres del lugar no podían creer que esa mujer vestida como una puta estaba ahí. Llegamos a la habitación y le pedí que se quitará el vestido, le puse un antifaz y ella se sentía húmeda, quería verga a la de ya.
Puse a Marie en el centro de la habitación, con su vista negada, comencé a sobar su cuerpo, con mi corbata amarré sus manos a la espalda y le dije "querés ser una puta, hoy serás la más grande de las putas".
Abrí la botella de vino, serví una copa y caminé al baño, donde cinco hombres esperaban ansiosos, los invité a pasar sin hacer ruido y poco a poco se desnudaron, ellos vieron a Marie , con su tanga y sostén, ligeros y tacones, ella estaba desorientada exigiendo verga a la de ya.
Le dije a Marie, abre la boca, obediente su boca estaba abierta y un hombre introdujo su pene, después ella sintió un escalofrío que hizo que se mojara un más, pues otro hombre puso su verga a lado de ella y uno más , en un instante tenía tres verga en sus labios y ella no podía ver qué pasaba, le dije a uno de los hombres que la desatara y al hacerlo inmediatamente, se quitó el antifaz, tres hombres ponían sus vergas en sus labios, ella tomo los dos restantes en sus manos y comenzó a mamar.
Me miró como yo sentado, veía la situación mientras bebía mi copa y le dije como estaba la cosa "Marie, eres una puta, pero que te quede claro, eres mi puta, he decidido hoy, darte el poder sobre estos hombres, los cuales pueden verte y meter sus vergas en tu boca, pero no pueden tocarte, tú puedes excitarlos como gustes, pero jamás te tocaran y si lo hacen, verán las consecuencias".
Marie iluminó su sonrisa, perversa y los sentó a todos en la cama, ella comenzó a bailar, sensualmente, acariciaba sus nalgas, recorría sus senos, los hombres atónitos jalaban sus vergas, ella comenzó a quitar su sostén, donde sus senos brincaron, camino hacia mí, con pretexto de mover sus nalgas para que la vieran y la desearan más, se empino para darme un beso "gracias " me dijo mientras robaba mi copa.
Ella tomo la copa y dejó caer vino en sus senos, acercando sus pezones a la boca de cada hombre para quitarlo, estos tipos jalaban su verga más rápido y ella observaba como tenía el control sobre ellos, siguió con su baile y esta vez su tanga, se deslizó hasta caer, la tomo y la arrojo a los hombres que peleaban por tener su tanga, húmeda y oliendo a ella, un olor de los dioses.
Ellos excitados a más no poder, le pudieron poder acabar, ella uno a uno, fue mamando sus vergas, ellos gemían apenas tocaba sus vergas, todos la rodearon y ella en el suelo mamando verga y jalándolas , uno a uno comenzaron a terminar , llenaron su cara , su pelo, sus senos, está llena de semen, ellos agotados, tomaron su ropa y ella llena de semen, comenzó a masturbarse, hasta que cada hombre abandono la habitación.
Solo quedábamos ella y yo, me desvestí rápidamente, libere mi verga super dura por lo que había visto, ella estaba mirándome llena de semen, pidiendo ser penetrada, la tomé y la puse de perrito en la cama, dejé caer mi verga sobre ella y comencé a darle duro "ah ah ah así no pares, soy tu puta mi vida" con un dedo penetre su culito haciendo una doble penetración, ella puso los ojos en blanco.
Retiré mi verga para meterla en su culo, siendo ella la que más gemía, sus senos rebotaban y mi verga entraba en su culo, sus nalgas chocaban conmigo y era lo mejor, más rápido comencé a darle verga, hasta que excitado la saqué y ella masturbando se, terminó en un orgasmo con mi pene en su boca, ella estaba mamando mi verga mientras gemía del orgasmo que acababa de tener, hasta que termine en su boca, pude ver cómo ella bebía todo mi semen, como mujer sedienta del desierto.
Ella llena de semen y cogida por todos lados, me dijo que lo había disfrutado, ser una auténtica puta, pero me dijo que quería ser penetrada, por todos los hombres que estaban ahí, le dije que no comiera ansias ya que apenas comenzábamos nuestras aventuras, donde ella era mi puta, pero la hacia disfrutar de otros hombres.
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