Siempre me he preguntado a donde van mis desapercibidos pasos. Nunca he comprendido si van contaminados, viciados, o por el contrario, van saneado, purificado. Lo verdadero cierto es, que cuando vi a esa tímida mujer, vi el encanto de la timidez, sentí una fuerte conexión. Yo en esos momentos no tenia camino a ninguna parte, a ninguna dirección a donde me llevaran mis pies.
Me conformé, sabiendo o no, que a lo mejor podía encontrar el sino de la fuerte conexión…
Andando por el sendero a esas horas de la mañana, uno visualiza y percibe de todo; dos pájaros persiguiéndose en el aire, percibiendo que se pelean o que se divierten; dos pinos altos, solitarios y serenos; dos lagartijas parada en lo alto de una piedra pizarra, al sol; percibiendo que se alimentan gustosamente; un eucalipto de tronco y ramas aventajadas; un gato que pasa y mira alarmado…quizá como yo, que no tengo ánimo ni esperanza.
Frente al banco de madera, mi corazón comenzó a embalarse, es extraño, suponía que no me sentiría nervioso; interpreté que los enérgicos nervios en el corazón ignoraría la timidez de la mujer. Mirando retrospectivamente, no recuerdo que mi entelequia se agitase por ese motivo.
Y allí estaba, en el banco, reflexiva, cavilosa, ensimismada. Sonaba una canción “Desnuda La Mañana” de “Triana”. Pensé que una persona tímida no escucharía semejante canción, en un banco de madera, en plena naturaleza. En aquel momento creí que ella lo tenía todo: salud, riqueza, felicidad…todo. Me senté a su vera, ella subió la música y respiramos profundamente, mientras escuchábamos la canción:
Desnuda la mañana y sin sol que frío hace este amanecer, un rayo de esperanza relampaguea en la ciudad.
La gente poco a poco se ve saliendo de sus casas abrigados. De pronto en mi cabeza yo veo que estoy en una esquina parado.
Qué es lo que pasa, qué pasará en mí, que me siento perdido en esta noche sin fin.
La gente pasa a mi alrededor, sus gestos me van diciendo algo, empieza a brillar el sol y su calor me va llegando.
La vida llevo contra reloj. Parece que me siento ahogado. La duda me atormenta y el dolor de unos sueños separados.
Qué es lo que pasa, qué pasará en mí, que me siento perdido en esta noche de la que quiero salir.
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