La novia de mi amigo 2
Por Adonis
Enviado el 31/07/2018, clasificado en Adultos / eróticos
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Hace mucho que no volvía por estos lados. Necesitaba recordar uno de los días en que volví a juntarme con Marta, luego de esa noche de pasión a espaldas de mi amigo y que selló nuestra relación para siempre.
Habían pasado un par de semanas y volvimos a salir con mis amigos. Marta en el grupo, siempre mirándome, me comenzó a tocar con su pierna por debajo de la mesa, sin importarle que yo también iba acompañado por una mujer con quien estaba saliendo hace un mes. Con una sonrisa pícara intentaba incomodarme, pero yo sabía cómo responder así que cuando me levanté al baño le dije "voy a buscar algo para tomar ¿quieres?" a lo que ella dijo "te acompaño".
Al llegar a la barra pedí una cerveza y ella otra. Le dije "que querías que hiciera con esos toqueteos por debajo de la mesa, ah?" y ella me respondió "que entiendas que eres mío". Me sorprendió la frase, pero sin asustarme le dije "ya sabes donde vivo". Tomé mi cerveza y sin mirarla me fui a la mesa de nuevo. Toda la noche buscó bailar conmigo, conversarme, mi amigo ya muy borracho no le tomó en cuenta, pero mi pareja algo sospechaba. Finalmente terminó la velada y me dirigí a mi departamento donde tuve sexo con mi acompañante, pensando en cómo le volvería a comer el culo a mi nueva "amiga".
Al cabo de un par de días, estaba en mi departamento escuchando música cuando sonó el timbre. Al abrir me encontré con ella. Venía con un vino y algo para comer. Me dijo "aquí estoy". Y yo le respondí "que bien que tienes buena memoria". Me besó apasionadamente y cerré la puerta tras ella.
Afuera, mientras tomábamos las copas de vino, comenzó a llover. Era invierno ya y la lluvia caía copiosa, fuerte. Me dijo que quería ver la lluvia, así que fuimos al balcón. "Siempre quise hacerlo bajo la lluvia" me dijo. Y yo le dije suavemente al oído "siempre hay una primera vez". Acto seguido la besé fuertemente mientras comenzaba a masajear su pecho. Ella comenzó a acariciar mi pantalón, buscando lo que deseaba desde hacía semanas. En un momento me levanté y me puse en su espalda, la giré hacia el balcón (que da a una calle muy concurrida) y le dije "aquí está la lluvia" y la incluné para que el agua le callera encima. Ella giró la cabeza hacia mí, divertida y en ese momento le bajé rápidamente los pantalones. Su cara fue de sorpresa, pero al palpar su culo pude comprobar que lo esperaba. Estaba mojada, lista para la acción. Me bajé los pantalones y tomé mi miembro, poniéndolo en la entrada de su vulva. Ella suspiró mientras cerraba los ojos y levantaba el rostro para que la lluvia la golpease directo a la cara. En ese momento lo hice entrar un poco. Ella tiritó de calentura y de inmediato arqueó su espalda para luego metérselo completamente. Comencé a bombear mientras ella se movía al contrario y chocábamos una y otra vez mientras el viento lanzaba lluvia sobre nosotros. Su culo perfecto y redondo se movía de maravilla y me hacía gemir mientras ella comenzó a moverse más y más rápido hasta que tuvo un orgasmo. Me miró y me dijo que fuéramos adentro.
Cuando entramos me desnudó completamente y comenzó a mamar como poseída. Me miraba como nunca la había visto, como que era mi dueña por completo. Me dijo "quiero que me des en la ducha" y nos metimos a la ducha caliente. Ahí seguimos en cuatro, afirmados contra la muralla mientras me decía que la hacía sentir como nadie. Y luego me montó mientras el agua caliente nos mojaba completamente. No podía más de la calentura y la saqué de la ducha. Mojados como estábamos la tiré sobre la cama y le seguí dando a lo misionero. Ella me miraba y me decía "de donde saliste, eres lo que siempre quise" y yo le dije "soy tu amigo y así será, así que mejor disfruta lo que te doy" y ella me miró con un poco de rabia, aunque su cara cambió al momento en que volvió a tener un orgasmo. Fue largo, profundo, pero pareció encenderla aún más. Se puso en 4 y me dijo "dame con todo" y le empecé a meter todo lo que pude, de forma violenta, rápida, cada arremetida hacía que su pecho se bamboleara y sonaba cada choque muy estridente. La cama crujía de gran manera. Por un momento creí que llegaría al orgasmo, pero en ese instante ella se salió, me puso acostado en la cama y me empezó a montar como una loca. A cada embiste casi me salía de su interior para luego entrar hasta el fondo, una y otra vez. En un momento comenzó a gemir muy fuerte y decía "no te creo, no te cre, no te creo" y en ese momento comenzó a gritar por un orgasmo aún más fuerte, el más fuerte que le vi tener. Fue tantó lo que apretó que hizo que me viniera de manera escandalosa y comencé a gritar yo también. Luego caímos rendidos en la cama.
Ya era tarde. Decidí ir a dejarla a su casa. Cuando llegamos a la esquina me besó apasionadamente por última vez y me dijo "Gracias por esta noche. La voy a recordar siempre".
Por lo que supe le dijo a mi amigo que la lluvia no la había dejado salir del departamento, pero como ya era tarde al final se fue igual entre la lluvia y por eso tenía el pelo mojado. Siempre supo mentir muy bien.
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