Nos paramos un rato.
Sí, somos sin resignación.
Dejamos fuera, atrás,
la melancolía.
Intervenimos, queremos,
nos ponemos.
Traemos los conceptos,
los aspectos más sencillos.
Nos entendemos
desde la claridad
del material que junta.
Hemos propuesto
querencias renovadas,
dispuestas con anhelos
que nos hacen continuar.
Tenemos altura,
nos coronamos, nos amoldamos,
con momentos estelares,
en eras de tranquilidad.
Nos hacemos habituales
de este ahora que colma.
Hemos dado el recado
que nos hace posibles.
Nos hacemos estar
en ese triunfo que conecta
aquello que nos aproxima
a la esencia que justifica.
Nos amamos
desde la libertad que suma.
No hay fracturas,
ni acusaciones,
ni ventas que detengan.
Reflexionamos.
Las órdenes no existen,
o se ven como sueños
que se cumplen
desde la máxima ilusión.
Hemos despedido
a los fantasmas
y hemos avanzado con honor.
Ya hay mucho,
y más que habrá.
Juan Tomás Frutos.
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