Pero simplemente no...
Por DavidDeSiempre
Enviado el 11/08/2018, clasificado en Amor / Románticos
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En mañanas como esta mi mente vuela al “que hubiera sido” si mi vida estuviera en un universo paralelo y mi existencia estuviera ligada a ser tuyo, solamente a ser tuyo, solamente a formar parte de tus días, a despertarte en las mañanas con un beso en el cuello aspirando el olor de tu esencia. O simplemente a contemplar tu cara de niña en esa mueca aletargada que siempre me gustó admirar. Con la luz de la mañana ver como tus ojos comienzan a abrirse, como tu ceño se frunce y tus cejas se mueven advirtiendo el bostezo que, con ese gemido me enajena y me lleva a recordar la noche previa en la que nos entregamos como locos a nuestro amor.
¿Sería una mejor vida? No puedo decirlo, pero en mañanas como esta me detengo a sopesarlo, porque mi cama me trae una ventisca como proveniente de un glaciar, pues a pesar de no estar solo, la indiferencia y el desdén de mi acompañante me hacen imaginar un mundo alterno, donde mis despertares no fueran tan agrios, donde por primera vez mi corazón sintiera esa emoción de despertar y sonreír por tener a una verdadera razón de seguir un día mas y nuevamente llegar a tu lado y fundirnos en un amor limpio y radiante para no soltarnos por un solo momento.
Pero tú no estás aquí, no es tu piel la que brilla con la luz de la ventana, no es tu cuerpo desnudo el que me da calor y enciende los latidos de mi corazón aunque así lo deseara, es otra mujer muy diferente, quizá más atractiva a los ojos de cualquier hombre, pero no tiene tu brillo en la mirada que de tus ojos emanaba cada que me mirabas. Ella no tiene esa calma que con tus palabras siempre mi espíritu encontraba paz.
Tú no estás aquí y me duele saber que tu corazón también este al filo de la cama, sintiendo un vacío por no tenerme a su lado, que el hombre que despierta con ella a cada mañana no es aquel que llenaba plenamente su corazón de sensaciones. Es una tortura inaguantable que estés pasando por el mismo predicamento, mi compañera se ha levantado de la cama pero no me mira como tú lo hacías, con esa luz, con esa dulzura. Me revuelco en la cama aborreciendo la decisión de alejarte de mí, sabiendo que despertar a tu lado era uno de los placeres más simples que ni con todo el dinero del mundo poder comprar.
Mi acompañante se viste y luego de llegar a donde estoy solo me besa con cierta empatía, sabe perfectamente que por dentro estoy destrozado y con cada mujer que viene a hacerme compañía un pedazo de mi alma también me abandona, cuando a tu lado mi alma crecía y se fortalecía con solo verte recostada en mi pecho sintiendo por momentos una corriente fría en la espalda.
Poco a poco me voy desgastando y con cada acompañante también se va la luz que tu germinaste en mi corazón, tengo miedo de que un día ya no quede nada, de provocar amor en otros corazones y yo no sentir nada, tengo miedo de que esta vida vacía se lleve todo y algún día tampoco sienta desearte a mi lado.
Pero simplemente no. Simplemente me niego a dejar de desearte, mi corazón necesita sentirse aliviado, mi alma necesita sentir que vale la pena despertar y con el corazón ya en ruinas me dispongo a encontrar una nueva fe, me dispongo a encontrar por ahí una nueva fuente de luz y poder por fin fortalecer mí ya desolado corazón.
Mi vida nuevamente siente entusiasmo y se dispone a acompañarme en esta travesía en la que tal vez, es la cruzada más importante de mi historia. Dispuesto y motivado salgo y veo a una mujer radiante y con una mirada llena de inocencia, mi corazón me dicta que se parece mucho a ti, me atrevo a hablarle y ella acepta una invitación a tomar una taza de café, ella por un momento renueva mi esperanza de que tú no eres la única que puede iluminar mi existencia, luego de mucho tiempo estoy sonriendo y por primera vez también, me siento sonrojado cuando no entiendo algo que me dice, mis emociones se escapan desbordadas cuando sus labios tocan los míos, nada puede salir mal, ella puede ser la mujer que rellene de ternura mi existencia.
Pero simplemente no. Ella no es tu, y termino en esta cama acompañado de una mujer que no pasara de esta noche, con una compañera que al llegar el amanecer se ira despidiéndose con un beso sin emociones, que se marchará con el mismo desdén que la anterior, y de la mujer anterior, terminando por ser una copia exacta de una película amarga y fría.
Haciéndome despertar antes de que amanezca imaginando un mundo paralelo, un mundo donde tu estuvieras a mi lado, donde lo primero que contemplara al amanecer fuera tu cuerpo y tu mueca alergatada…
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