Coqueteando delante de mis ojos, deseosas de ser vistas, de salir del encierro, añejadas en amarillo fondo, me llegaban con la rescura de la primera vez.
La automática premura de mis pasos se detuvo para dar lugar a la ocntemplación voluntaria de esa vidriera viviente.
Eran repentinas inmersiones en otros días, preñados de caras, voces, circunstancias. Estaban allí plasmados en cartas, fotos... Recuerdos que ya tienen una frágil memoria.
Colección de sonrisas, frases cariñosas, buenos deseos. Mi propia figura en ese conjunto, candor de entonces, en armonía con el entorno.
Hoy muchos de esos seres no conforman mi presente. Hasta me costó descifrar la verdadera firmante de unas líneas, entre dos amigas de igual nombre.
Dedicatorias, amoroross expresiones, comentarios diversos, como inspirados por otra persona: la que todavía tenia que vivir todos estos años.
Fotos, postales; eslabones de una biografía.
Safari al pasado que me acarició el alma.
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