La cuñada... (Te tengo una sorpresa)

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­­­­­Desde el día que Julia me dijo que su hermana quería coger conmigo yo estaba vuelto loco de calor, en la casa andaba como tronco y a cada rato aprovechaba un momento para desnudar a mi esposa y cogérmela con fuerza hasta venirme dentro de ella, pero aun así no se me pasaban las ganas de penetrar a Bertha, de solo imaginar sus nalgas deliciosas, esa cara de puta en mi cama gimiendo me volvían a excitar y nuevamente andaba con la verga bien dura por todos lados.

 

Así transcurrió una semana y Rafael me dijo que una chica nueva había llegado al almacén, era una chica delgada con poco chiste, pero Rafa le pidió las nalgas y ella le dijo que no se la cogería en el almacén, que si quería debía apartar una habitación en un hotel al menos.

Rafael pronto fue a presumirme su logro y me dijo que al otro día iba a salir temprano para llevar a la chica a darle una cogida buena, entonces yo me adelante a la oficina del jefe para pedirle el día libre, el jefe me pregunto que si iba con Rafa pero yo le dije que no, que iba a llevar el carro a verificar y que por eso no podía ir.

De inmediato tome el teléfono y llame a Julia, ella se emocionó de escucharme y luego luego me dijo que su hermana estaba celosa porque ella se moría de ganas por parchar conmigo, le dije que si estaba sola y me dijo que no, que estaban unos sobrinos y Berta en la cocina, le pedí que fuera con Bertha y que nadie escuchara. –Espérame tantito. –Me dijo y colgó el teléfono.

Como a los cinco minutos sonó mi teléfono, era un número que no conocía pero algo me decía que era el de Bertha.

-Hola papacito, ¿Querías hablar conmigo?

-Hola corazón si, quería escuchar tu voz.

-Nada más te escucho y empiezo a mojar, si ya me dijo Julia que le diste una cogidita que hasta escaldada la dejaste.

Me tuve que encerrar en el cuarto de archivo para estar más tranquilo pues con su voz de puta el teléfono y con lo que me decía se me estaba parando la verga.

-Ya me enoje con ella por envidiosa, a ver cuándo tengo yo la misma suerte.

-Pues si tú quieres mañana mismo culoncita.

-Aay David… me dices culoncita y me mojo más, tú quieres que me venga hablando por teléfono.

-Pues yo también estoy muy caliente Bertita, si vieras que ya estoy soltando líquido pre seminal con imaginar tu culo en mis manos, si vieras mi verga como está de dura con solo escuchar tu voz, que ya quiero que vengas aquí a mamármela.

-Pues imagina que te la chupo papacito, imagíname ahí de rodillas como tu putita, quiero comerme esa vergota que tienes, quiero comérmela toda… Aay que rica verga tienes David.

Esas palabras me pusieron demasiado caliente, tome mi verga y la saque de mi pantalón, comencé a masturbarme mientras elle me decía palabras cachondas y en un momento recupere mi consciencia, ella me decía que se estaba tocando y que quería seguir escuchándome para venirse.

-Quiero que te vengas culoncita, quiero escucharte, quiero escuchar como gimes y te vienes.

Intensos jadeos y unos gemidos sonaban estruendosos en mi celular dando paso a un orgasmo ruidoso, yo contenía las ganas de hacerme venir también pues escuchar sus jadeos era totalmente caliente.

-Pero mañana David…

-Mañana tu marido se va a coger con una chamaca que llego a trabajar aquí, y estará con ella en la tarde. Y yo quiero verte en el día, así cuando el termine tú ya estás en tu casa.

-Ese hijo de su puta madre, bueno… yo quien soy para juzgarlo si también ando cogiendo sin que él sepa. Ok te veo en el hotel condesa a las once de la mañana.

Con la cara caliente, la verga goteando colgué el teléfono, me fui a mi oficina con las ganas totalmente derramadas, Karina, mi asistente me pregunto que si estaba bien y yo le pedí una aspirina porque me sentía mal, llegue a la casa con el mismo pretexto y fingía dormir mientras imaginaba las nalgas de Bertha empapadas de mi semen.

Al otro día Salí como de costumbre, a la misma hora, incluso pase por el frente de mi trabajo para llegar a calzada de Tlalpan, pase a un OXXO por un par de red bull, y luego me fui al hotel donde era la cita, pedí una habitación y subí a esperarla, poco tiempo después sonó mi teléfono y era ella preguntando donde estaba.

-En la habitación 406 culoncita, ya quiero cogerte Bertita.

Se escucharon unos golpecillos en la puerta y corrí a abrir, ahí estaba Bertha peinada en capas con un maquillaje muy cachondo, los labios rojos intensos y un vestido entallado con unas zapatillas altas que pronunciaban aún más su culote, luego salió como gato Julia, quien también venia maquillada como puta en un vestido de flores blanco con mucho vuelo, pero ella con sus vans negros.

-Ni niegues que vernos a las dos te gustó, si yo sé que te encanta la idea de cogernos a las dos.

-No me lo esperaba pero… yo encantado de meterles la verga a las dos putitas.

Nos tomamos de la mano y caminamos a la cama, yo las besaba en el cuello a ambas y ellas me desvestían con mucha astucia, me dejaron desnudo y me aventaron a la cama, se me subieron ambas y me comenzaron a besar, me tocaban donde querían y me lamian el pecho y abdomen, bajaron hasta mi verga y con mucho gusto comenzaron a chupármela, yo solo intentaba contenerme al ver a esas dos fieras mamándomela.

Se pararon y Julia desnudo a su hermana, completamente, dejo a ver su cuerpo delicioso y blanco, sus tetitas excitadas y ese sexo velludo me excitaron en segundos, luego Bertha desnudo a su hermana y dejo ver ese cuerpo tatuado que ya había visto antes.

Primero se me montó Bertha, cubriendo mi verga de su caliente y muy jugoso sexo, me cabalgaba gimiendo bien fuerte, se pellizcaba las tetas y su hermana le daba nalgadas cada que daba un sentón, vi como Julia se acostó a mi izquierda, se acomodó y me besaba en la boca mientras se tocaba de lo lindo sintiendo mis pellizcos en sus pezones, gemía y se retorcía cada que con sus dedos se acercaba al orgasmo y eso hizo que Bertita se viniera por primera vez.

Lentamente se desmonto de mi verga y Julia se fue acomodando exactamente en la misma posición, desde el tercer sentón Julia ya se estaba viniendo pero a diferencia de su hermana ella podía venirse más veces, continuo moviéndose y gimiendo de lo lindo, Bertha se montó en mi cara y me puso su velludo y empapada panochita en mi boca, yo todo caliente solo lamia como podía porque sentía lo rico que me cabalgaba Julia.

Cuando julia acabo de venirse Bertha quiso acomodarse en cuatro, Julia se quedó boca arriba en la cama a un lado de su hermana.

-Dame por el culito David por favor…


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