Es una cruda noche de invierno,
pero dormido oigo tu voz que me llama.
Estas en la playa, sentada en la arena.
No quema el tibio sol de primavera,
unico vestido que cubre tu desnudez.
Me sonries incitante mostrandome tus pechos,
con un erotismo sadico ya que no puedo tocarte.
Tu eres mio me dices, mientras veo la humedad
de tu rubio y corto vello pubico.
Notas que te veo, y me das la espalda,
enseñandome candorosamente tu sexualidad
oblonga, enmarcada en un corazon impudico.
No puedo mas, y te poseo por la espalada,
de rodillas mientras tu te encuclillas.
Despierto exitado, y estas a mi lado todavia,
y escucho que me dices:
"Hace frio, amor, te necesito".
Me doy vueltas, y te hago mia con fuerza,
con desesperadas ansias,
mientras tu ya comienzas a jadear.
Ya no pienso en ti, sino en mi amor de la playa,
tu misma veinte años menor,
como te vi en mi sueño,
ese paraiso interior que se hace realidad,
solo para mi ya que tu lo ignoras.
Y asi pasan varias horas de amorosa lucha,
hasta que amanece un dia domingo de ramos,
que recordare siempre guardando mi secreto,
de amarte a la vez en sueño y realidad.
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