ETERNO ANOCHECER PARA UNA ETERNA SOLEDAD
ETERNO ANOCHECER PARA UNA ETERNA SOLEDAD
Que fría está la tarde ´
Lacalle está vacía,
En el bar no queda nadie
Y ella está perdida
No sabe a dónde ir,
No sabe cómo orientarse,
¿Quién le puede decir
Todo lo que no sabe?
Camina sin rumbo,
con paso triste, inseguro.
es como si el mundo
no tuviera ya futuro.
Sus ojos agitados,
miran aquí y allá,
ansiosos buscando
quien le pueda ayudar.
Ni una sola luz,
es más noche que día
silencio, ni una sola voz
que le diga que hay vida.
En su pecho, el corazón
late fuerte, apresurado,
como intuyendo la razón
de su desamparo.
-¿Pero, qué es eso?,
¿Una puerta abierta,
agitada por el viento
casi con violencia!.
Una casa sola,
allí veo un reflejo,
como una luz que asoma
por aquel hueco.-
Hay una escalera,
por ella desciende con miedo,
el pulso se le acelera
pero sigue descendiendo.
La luz, aún tenue,
va iluminando su camino.
reflejos azul y verde
cambian a rojo y amarillo.
La escalera metálica
poco a poco, toma brillo
conforme desciende con miedo infinito.
Un nudo en la garganta
no le deja respirar.
traga saliva, aguanta
sin dejar de caminar.
Al llegar abajo,
tras una puerta abierta,
la luz que le ha guiado,
ilumina una sala desierta.
Solo hay en el centro
un cono invertido
del que sale un chorro
de luz color oro.
Y una voz ,sin eco,
grave y agradable
le explica el vacío,
la soledad de la calle:
Se ha detenido el tiempo
para quien llega a este valle.
cada cual vive su momento,
por eso no ves a nadie.
( Poemas de mi juventud. Mayo de 1978)
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