OSCILACIÓN

La idea de un movimiento oscilatorio, un vaivén, me surge de la interacción del follage de la vegetación con el viento. Pero no solamente hay este tipo de movimiento en árboles o arbustos sino también en figuras que pueden desplazarse de un lugar a otro como los animales. Las serpientes con un buen ejemplo de ello al igual que los cuadrúpedos y los incectos.

En el caso de los humanos, oscilamos cuando caminamos o cuando pensamos. Ese vaivén que reflejamos en la mayoría de las cosas que ocurren en nuestro entorno. Destacándose la oscilación que hace que nuestros ojos apunten hacia lo que más nos envuelve: Nuestra parte afectiva. Sí, en efecto este movimiento nos acerca a nosotros mismos.

En el caso de la mujer, la voz masculina es lo que activa la parte visual mientras que por su lado el hombre primero detalla con la vista antes de ir al análisis. Ese bamboleo que pareciera estar bajo los pies cuando al transitar nos da la impresión de que estuviéramos mareados. O el contoneo de una monumental musculatura con lo que más de uno hemos quedado embelesados y hasta dopados.

En definitiva me parece a mí que nuestra energía se manifiesta a través de nuestros gestos que en su mayoría son oscilaciones. Es un fenómeno que involucra todo.