La invitada. Parte 2

Paula se asomó al jardín y le dijo a Julián que pasara, María Belén estaba desnuda sobre la cama y la excitó tremendamente que Julián la viera. Paula le fue quitando una a una las prendas a Julián hasta dejarlo solo con el bóxer, entonces se lo bajó lentamente dejando a la vista su pene recto y grueso.

-Mirá lo que vas disfrutar, amiga, es le pene de mi hombre, y te lo presto. Eso sí, chiquis, yo dirijo.

Paula se sentó en una silla que había junto al tocador, se cruzó de piernas y comenzó a dar sus directivas.

-Maribel, de rodillas en la alfombra.

María Belén bajó de la cama y se arrodilló. La verga de Julián quedó frente a su rostro.

-Chupásela.

María Belén tomó delicadamente el miembro con su mano derecha y se lo llevó a la boca. Se dedicó a chuparlo minuciosamente, a lamerle la cabeza, besarlo en toda su longitud, para luego volver a metérselo en la boca. Julián la tomó de la cabeza y se la hizo tragar hasta sentir el glande en el fondo de su garganta, María Belén contenía la respiración, hasta que tuvo una arcada.

-No se la saques. Indicó Paula.

María Belén seguía con todo el pene metido en su boca, entre arcadas e intentos por respirar por la nariz. Julián se la sacó y dejó que ella volviera a la acción de chupársela. Mientras lo hacía, María Belén le acariciaba los testículos y miraba de reojo a su amiga, que se tocaba entre las piernas mientras contemplaba la escena.

-Ahora, Maribel, subí a la cama y ponete en cuatro.

María Belén suspendió su tarea y obedeció, se puso en cuatro patas sobre la cama con sus voluminosas testas colgando.

-Ahora, amor, cogétela. Por el culo.

Julián subió a la cama, separó los glúteos de María Belén y comenzó a lamerle el ano.

-No te dije que le chuparas el culo, te dije que te la cogieras.

-Por favor, ponme algo que me lubrique, rogó María Belén.

Paula tomó un envase de crema humectante y se lo arrojó a Julián. Primero le untó el culo con crema a María Belén, después se untó el pene. Dejó el envase a un costado, apoyó el glande en el orificio de María Belén y empujó. Ella se mordió el labio inferior. Empujó un poco más hasta meter la mitad de la pija. Belén dio un grito ahogado.

-De a poquito Julián, te pido por favor.

-La tiene gruesa mi hombre, ¿viste, amiga?

Julián se la metió entera y empezó a darle suaves embates que poco a poco iban dilatando el anillo muscular de María Belén, haciéndola pasar del dolor al placer, ahora sonreía mientras sus tetas oscilaban ante cada empujón que él le daba. Paula se frotaba el clítoris con furia.

-Dale con todo, Julián, mostrale lo macho que sos.

Él comenzó a darle con fuerza, haciendo que su pelvis impactara contra los glúteos de ella haciendo un ruido rítmico: plac, plac, plac

-¡Ay por Dios! ¡ay, así, así! Gritaba María Belén con todo el cabello sobre la cara, el cuerpo trasnpirado y los ojos cerrados con fuerza.

-Gozá de mi hombre, Maribel, ¿ahora entendés los gritos de anoche?

-Ay sí, claro que te entiendo, es divino, uhhh, uhhh

Julián estaba poseído por la calentura y le daba cada vez más fuerte sujetándola de la cadera.

Paula se subió a la cama y comenzó a manosearle las tetas, luego le dio un beso profundo mezclando su lengua con los suspiros y jadeos de María Belén.

-Te gusta que mi hombre te rompa el culo ¿no? Decime la verdad.

-Ay, me encanta, tu hombre me encanta.

Paula besó en la boca a Julián, y mientras miraba como el pene entraba y salía, le dijo con voz ardorosa.

-Llenale el culo de semen, amor, dale una explosión de tu leche.

Julián aceleró aún más el ritmo hasta que eyaculó dando un rugido, mientras soltaba breves chorros intermitentes de semen en lo más profundo del culo de María Belén.

Los tres quedaron tendidos en la cama, con la piel sudada y la respiración agitada. Paula apoyó su mano en la frente de su amiga y le dijo.

-Que lindas vacaciones estamos pasando.