Cuando hay amor
Por Juan TOMÁS FRUTOS
Enviado el 09/09/2018, clasificado en Varios / otros
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Trepamos hacia el deseo
con una cierta notabilidad.
Podemos decir mucho,
pero callamos
a la espera de un milagro,
que vendrá.
Creemos en él,
en nosotros, en la verdad
del cumplimiento de un anhelo
que hemos esperado
durante siglos.
Nos hemos vivido
incluso antes de este aprendizaje
que no precisa preámbulos.
Hemos adherido
las mejores causas.
No hay tratos.
Nos consumimos en la vivencia
de lo máximo,
de lo que fue o pudo haber sido.
Vamos hacia ese compás
que ya no admite esperas,
ni será el fin.
Todo se repite.
Los modales caracterizan
una certeza con múltiples brazos.
Hemos derribado las murallas.
Puede que nunca hayan existido,
aunque hayamos pensado
que sí, que dolían,
que nos podían.
El amor no conoce límites.
No lo sería
si aceptara las búsquedas
con normativas y hastíos.
Nos subimos, en ocasiones,
a esas montañas que subrayan
lo que merece la pena.
No debemos escondernos
sino más bien destacar lo genuino.
Nos viene bien siempre
que seamos nosotros mismos,
aunque tengamos que escalar
más allá de lo razonable.
Deber haber espíritu.
Tomemos, pues, nota
y sepamos lo que somos,
lo que queremos,
lo que nos hace felices.
Y actuemos.
Juan Tomás Frutos.
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