Un buen día aburrido
Por DavidDeSiempre
Enviado el 17/09/2018, clasificado en Adultos / eróticos
7626 visitas
Aquel día todo estaba muy tranquilo, mi esposa se había ido a casa de su madre y mi sobrino llego desde el mediodía y se puso a jugar videojuegos en la sala, todo estaba aburrido y afuera estaba muy nublado, medio flojera y mande a mi sobrino a comprar unas cervezas.
Me sorprendió que se tardara tanto y justo cuando iba a marcarle las luces del carro se vieron en el patio, entro con la voz de una mujer riéndose, me sorprendió y lo primero que vino a mi cabeza era que se había encontrado a su novia o a alguna amiga, pero mi boca quedó abierta cuando vi que la chica que lo acompañaba era Erika. Una amiga mía que ya tenía mucho sin ver.
Erika siempre fue una de mis mejores amigas, juntos salíamos a bailar o de borrachera y siempre terminábamos desnudos en algún hotel pues, con el pretexto de no llegar borrachos a casa matábamos el tiempo matándonos en la madrugada.
Pronto entro hasta donde estaba y me saludo con un beso en la boca, mi sobrino no se sorprendió pues sabe de mis amigas, pero si se quedó mirando fijamente a su culo conservado y redondo que dejaba ver mientras al abrazarme su falda iba descubriendo.
Erika tiene 30 años es una mujer de 1.60 con el cabello chino unas piernas torneadas con una cintura delgada, unos pechos medianos con una cara de mega puta, el sueño ideal para un chico como Dante (mi sobrino) que a sus recién cumplidos 18 sería una excelente experiencia.
Erika me pregunto que a qué hora volvía mi esposa y yo le dije que al otro día, ella con emoción corrió a las cervezas y destapo una para cada quien, luego de acabarse el seis, le dije a Dante que fuera por una botella de Whisky a la cocina.
El tiempo transcurrió remembrando las odiseas de nuestros años de soltería, nos confesamos extrañar esos tiempos a pesar de que en nuestra vida de casados no la pasábamos tan mal pues ella, tenía una que otra aventura y yo, bueno me daba una que otra escapada.
Dante se sentía un poco mareado y se reclino en el sillón quedando adormitado, Erika y yo seguimos recordando aventuras hasta llegar a las que tuvimos en aquellos moteles antes de irnos a casa, poco a poco el morbo se nos iba subiendo al cuerpo ella respiraba más agitado y yo tenía unas ganas inmensas de volverla a manosear.
Finalmente tanta tensión nos llevó a besarnos, su boca con sabor a whisky me llenaron de euforia y me la monte encima para poderla tocar a voluntad, ella con astucia se quitó la blusa y en segundos se quitó también el brasier, desabotono m camisa y sin darme cuenta esta yacía en la mesita de centro. Nos besamos en todo el cuello como lo hacíamos antes y luego de casi diez años sus tetas deliciosas volvieron a ser succionadas por mi boca.
Ella movía sus caderas frotando mi verga con el intenso calor de su sexo, el sillón no era suficiente pues mi sobrino estaba a nuestro costado y la cargue para llevarla hasta la cocina. Llegando ahí se puso de rodillas y me bajo el pantalón liberando mi pene que ya estaba bastante excitado, me masturbo un par de veces y sin pensarlo se lo comió completo hasta dejarlo en el fondo de su garganta, yo la tome del pelo y la arremetía con fuerza hasta retacarla de verga.
Se puso de pie y ella sola se subió la falda, bajo su tanga y se colocó parando el culo apoyado de la mesa, sin piedad y aprovechando lo lubricada que estaba, empuje mi pene competo hasta hacerla gemir, ella me miraba de lado con esos ojos de putita y fue ahí donde sentí un “deja-vu” de aquellos años, sin piedad y con fuerza bombeaba mi verga hasta chocar fuerte entre sus nalgas, ella gemía fuerte, tanto que mi sobrino se despertó, yo seguí cogiéndola fuerte y mi sobrino llego hasta donde estábamos, Erika no se sorprendió y corrió a besarlo en la boca y el cuello, yo me senté en el comedor y solo miraba a mi sobrino completamente perplejo. Le pedí que se relajara y Erika sabia como hacerlo, igual que a mí lo desnudo y fue hasta su pene que debido a los nervios, estaba a media erección, Erika supo tocarlo para dejarlo duro, se colocó de rodillas y también succionaba con fuerza hasta que mi sobrino eyaculo en su boca, Erika gemía y chupaba con más lujuria la verga de Dante, se tragó completo su semen y luego lo beso en la boca.
-Mira y aprende papito, así se coge a una puta como yo.
Moviendo las caderas llego hasta mi silla, be beso en el cuello y me dio la espalda, se abrió las nalgas y comenzó a jugar con mi verga, coloque mi pene en la entrada de su sexo y ella se daba ricos sentones, mi sobrino miraba la escena y poco a poco una nueve erección se vislumbraba, Erika se dio la vuelta y ahora me cabalgaba mientras yo le chupaba las tetas, mis manos estaban en sus nalgas y con descaro las abría para que mi sobrino mirara su culo.
Ese fue el detonante para que mi sobrino tuviera la verga totalmente tiesa, Erika se dio unos sentones y luego de yo decirle que él ya estaba listo ella acudió a su llamado.
-Que ricas vergas me estoy comiendo, espero que esta vez dures más papito que me encanta cogerme a los niños como tú. –Camino hasta Dante y tomo su mano, lo llevo hasta el sillón y luego se colocó en cuatro.
-¿Te gustan mis nalgas papito?
-Sí, mucho
-¿Te gusta mi culo amor?
-Me encanta
-¿Quieres comértelo?
-Claro bebe.
Erika llevo sus dedos ensalivados y lubrico completamente su ano, Dante me miro y yo solo le hice señas de que debía hacerlo, entonces coloco su pene justo en la entrada de su culo y por primera vez en su corta vida supo lo que era el sexo anal con una mujer mayor, Erika devoraba su verga y con los movimientos Dante solo apretaba los dientes para no venirse, yo solo miraba la cara de Erika mientras mi sobrino la cogía, llegue hasta donde estaba su boca y ella por instinto la engulló completa para sentirse llena de verga por ambos lados.
Mi sobrino no pudo resistir la escena y nuevamente se corrió dentro del culo de Erika, pero la muy puta le dijo que no se la sacara, y entonces yo comencé a bombearle mi verga en su boca mientras ella se daba nalgadas bastante fuertes.
-Pégame papito, pégame fuerte.
Mi sobrino la nalgueaba lo más fuerte que podía y Erika se retorcía bramando de placer, mi sobrino fue sintiendo nuevamente el calor y luego de un par de minutos el nuevamente se movía dentro del culo de Erika.
Ya para esto mi sobrino era completamente dueño de sí, me moví más rápido pare venirme y Erika sin duda dejo mi pene completamente limpio, me senté otra vez para mirar la actuación de los dos.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales