El masajista (ciática)
Por Paul Rabook
Enviado el 19/09/2018, clasificado en Adultos / eróticos
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Me llamó una señora mayor para un masaje descontracturante. Me dijo que estaba muy gorda, que si eso importaba.
- Las gordas también se pueden dar masajes, ¿no? - dijo
- Por supuesto señora - Le dije yo
Al día siguiente fui a su casa. Tenía dos perros chillones que no paraban de era por culo.
- Póngase cómoda y túmbese en la camilla -
Se quitó toda la ropa excepto las bragas. Una de esas bragas enormes y feas. Para ser tan mayor, tenía unas tetas muy bonitas.
Mientras le daba el masaje no paraba de hablarme de cosas del pasado y de como uno de sus ex no quería follar con ella. Me decía que si tuviera unos años menos, blablabla.
Terminé de darle el masaje descontracturante.
- Señora, tengo un masaje nuevo en promoción -
- Si quiere probarlo ahora, se lo hago gratis -
- ¿En que consiste? - me dijo
- Pues es un masaje relajante que puede ser integral o sensitivo -
- ¿En que se diferencian? -
- El sensitivo incluye pechos y genitales -
- Pues el que tu prefieras - me dijo
Comencé a masajear su espalda lentamente con mis manos manchadas de bastante aceite corporal. Suavemente le aplicaba movimientos lentos hacía arriba y hacia abajo. Poco a poco fui bajando hacia su culo. Metí las manos por debajo de sus feas bragas y le acaricié el trasero con movimientos circulares.
- Le tengo que quitar las bragas - le dije, mientras lo hacía
Ya completamente desnuda masajee la raja de su culo y su ano. Estaba callada. Seguro que hacía un siglo que nadie la tocaba de esa forma.
- Dese la vuelta por favor -
Empecé a acariciar sus bonitos pechos poco a poco y sus pezones se pusieron muy duros. Baje por su fofo vientre hasta su pubis. Tenía muchísimo pelo canoso. Y desde donde estaba podía oler los estragos de la vejez. Comencé a masajear si vagina que estaba todo seca, cosa que se solucionó con el aceite. Abrió un poco las piernas doblando ligeramente las rodillas. El aceite se empezó a mezclar con el flujo. Cosa que me sorprendió.
- Le voy a hacer un servicio especial - le dije
Doble más sus rodillas y gimió de dolor, por la ciática. Me puse a comer su coño viejo y canoso, metiendo varios de mis dedos por su culo. Todo fluía perfectamente, gracias al aceite.
- Ooooooo, siiiiiiii. Por favor, fóllame. Hace siglos que no me follan -
Todo esto mientras me agarraba fuerte el pene deseando que lo sacara de mis pantalones. Me desnudé, me subí encima de la camilla e introduje mi pene en aquella vagina apestosa y vieja. Para mi sorpresa, fue pero que muy placentero, ya que estaba cerradito gracias a que hacía mucho que nadie habría aquella almeja.
Me corrí como un campeón dentro de aquel coño viejo, gordo y apestoso.
30 € le cobré, y me invitó a un café con pastas.
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