Mi experiencia con Hulk

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Lo que les voy a relatar, es una historia de atracción que trasciende a través de los años...

Comenzaré por contarles un poco acerca de mí: Soy una chica de sonrisa sincera, amo a mi esposo, con él tengo una larga vida de 20 años, 2 hijos que llenan mi existencia. Sin embargo, he de mencionar que a pesar de amar y desear mucho a mi esposo, a veces siento la necesidad de estar con otras personas, pasar esas Cosquillitas que da estar con alguien por primera vez, sentirme deseada y no tomada por algo seguro. He tenido aventuras con varios hombres, algunas de una sola vez, otras de más de una, cada cierto tiempo. Me gusta saber que a pesar de la edad y el tiempo, aún soy capaz de atraer a alguien sexualmente. En esta ocasión les contaré mi experiencia con Hulk (bautizado así por otro de mis amantes).  Lo conocí cuando trabajaba en un Mall conocido, para una marca de telefonía. Él era prevención de tienda, había llegado en mi ausencia por vacaciones, así que no nos habíamos visto antes. Recuerdo verlo pasar por primera vez, junto con el jefe de seguridad por delante de mi modulo. Él es calvo, bueno se rapa, su nariz Aguileña, cuerpo fornido y super alto. Debe medir casi 2 metros (ok exagero) pero fácil mide 1.90. Yo lo vi Y me gustó casi de inmediato, pero bueno, así como lo vi pasar y él no a mí, seguí con mis cosas y pronto me olvidé de él. Pasaron un par de días cuando lo vi de nuevo, está vez estaba parado cerca de la puerta donde yo estaba ubicada, él no me miraba a pesar de que yo estaba tratando de llamar la atención con mi mirada. En ese momento yo me encontraba llenando documentación del trabajo, y en un descuido (premeditado) se me cayeron unos papeles que fueron a parar a sus pies. Él, muy amable los recogió y los puso encima de mi escritorio y yo con la sonrisa más coqueta que pude le dije: Gracias!!!Y bueno ...Bingo!!! volteó a mirarme y yo estaba ahí, sonriéndole de lo más coqueta, él me miró serio, pero fijamente, fue allí donde comenzó nuestra aventura. Pasaron los días, seguíamos sin hablar, pero yo lo miraba y el a mí. Todas mis amigas ya se habían dado cuenta, y los amigos de él también...Hasta que llegó el día. Se acercó a hablarme, puso como pretexto el celular que usaba, me preguntó algo tan tonto, que me causó gracia, así poco a poco empezamos a hablarnos, él me llamaba por teléfono a diario, poco a poco nuestras miradas cómplices y sonrisas delatoras se hicieron famosas en el trabajo. El me invitaba siempre a salir, yo no le podía aceptar aunque me muriera. Te olvidas que tengo esposo??? le decía yo, él sólo se encogía de hombros; sólo quiero verte sonreír me decía... Pasó el tiempo y lo cambiaron de sede, mi mundo se derrumbó, ya no lo iba a ver a diario, pero no podía demostrar mis sentimientos... Él siguió en contacto, pero yo me moría de la pena de no poder verlo y hablarle como siempre. Así pasaron los años, nos vimos un par de veces, siempre para almorzar o para hacer hora, nos besábamos en la boca, pero no pasábamos a mayores. Un día yo me estaba postulando para un trabajo, y como era su costumbre siempre me llama o me escribe de improviso, y ese día como yo ya había terminado mi entrevista, me dijo que me invitaba a almorzar. Yo acepté encantada, luego de almorzar, como estábamos en su carro y hacía calor, nos estacionamos en un parque a la sombra de un árbol, compramos helados y conversamos. Él me miraba divertido como yo chupaba mi helado con habilidad para que no se me derrame nada, y me dijo, “debes chuparla rico”, yo sonreí asistiendo, nos miramos y me lo propuso, “chúpamela aquí mismo”, la adrenalina del reto, la atracción, y de que odio que me desafíen me motivo a hacerlo. Desabroché su cinturón, no hay nada más sexy para mí que un buen Jean desgastado y la correa de cuero, le acariciaba la verga que ya se estaba poniendo firme, grande. Se erguía ante mi imponente, bella, rosada, invitándome a besarla. Lo hice con ganas, quería que se venga, quería volverlo loco, ¡¡¡que grite mi nombre, que me recuerde por siempre...y si que lo conseguí!!  Se vino a borbotones en mi boca, allí mismo, en su carro, gritando mi nombre...”Que rico la chupas mami!!!” (siempre me dice mami). Luego me dejó en mi casa, nos dimos un beso con la promesa de vernos, igual siempre nos vemos, nos besamos, nos queremos...


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