No me dejes así de caliente...

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Eran las ocho con treinta y cinco y yo pasaba por el puesto de desayunos, ya era rutinario pasar por jugo de naranja y algo de comer, Doña Luisa, de unos casi 60 años siempre me tenía preparada la mejor de sus tortas o sándwiches puesto que, con el tiempo, nos tomamos cierta estima y ella siempre me trato bien.

Pero ese día no estaba, en su lugar, estaba una chica  hermosa, como de unos treinta promedio, tal vez 1.60, piel clara, cara delgada con la nariz afilada, ojos medianos color café claro y el cabello recogido en coleta, una sonrisa tenue pero coqueta y un cuerpo perfecto con sus excitantes irregularidades, brazos delgados y pechos diminutos, una cintura mediana y unas nalgas grandes y redonditas, una hermosura viéndola desde cualquier ángulo.

-No te quedes nada más ahí parada “mija” atiende al licenciado…

Doña luisa detrás de mí caminaba con un paquete de vasos desechables hasta el puesto.

-Ay “mija” te tienes que poner viva porque si no, se te van a ir mis mejores clientes.

La señora me la presento como su hija y entonces comprendí que era esa hija de la que me había hablado, nos sonreímos. No tardamos en conectar un poco y luego de despedirme de ambas me fui a la oficina, pasaron unos minutos y en el área de copias algunos compañeros hablaban de una chica nalgona que estaba en el puesto de desayunos, hablaban de lo rico de sus nalgas y lo hermoso de su carita. Fue entonces donde vi que no era el único impactado y algo dentro de mí sintió que debía conseguir hablarle antes que ellos.

Al siguiente día pase un poco más temprano, me fui bien arreglado y Alicia, (porque así se llama) estaba en el puesto con un vestido tono melón, un poco entallado, camine y ella me sonrió desde antes de estar cerca, la saludé, ella me volvió a sonreír y mientras me preparaba un café, me confesaba que su madre hablaba muy bien de mí, yo me puse un poco sonrojado pues Doña Luisa siempre fue una mujer abierta y con ella hablaba siempre explícitamente, sobre todo en términos sexuales. Y es que a veces entre bromas le confesaba los pecaditos que hacía con algunas compañeras, o con las chicas de los edificios vecinos, “todas buscamos coger, y que bueno que nunca falta quien quiera también” era su frase con la que me despedía casi del diario.

-Que va a llevar hoy Contador… Mi mama me dijo que para usted son los almuerzos más bien hechos.

-Pues no sé si más bonitos pero, me ha dicho que para mi sándwich si lava la verdura jeje

Con su sonrisa también vino una mirada muy tensa, como queriéndome gritar si lo que le había contado su madre era verdad, me pidió un segundo y busco en una caja de plástico uno de sus mejores sándwiches dándome la espalda y agachándose lentamente parándome ese par impresionante de nalgas.

-Wow pinches mecánicos tienen buen gusto… -Susurré a manera de que solo ella me escuchara.

Con una sonrisa ella volteo a mirarme y luego de un par de segundos me ofreció mi desayuno.

-Esta vez yo te invito el desayuno, a ver cuándo tú me invitas a comer también…

-Claro corazón, el día que tú digas… Solo avísame unos días antes.

Seguimos platicando cada día al pasar por el puesto, y en cada vez la confianza iba en aumento, ella me coqueteaba descaradamente y yo siempre le correspondía, llego el día que estando en el puesto, ella y yo estábamos hablando ya muy cachondos y ella me dijo que no traía calzones, que solo tenía ese vestido cortito y que ya llevaba varios meses que le hacía falta una rica cogida.

No pude evitar tener una erección en el momento que me lo dijo, me acerque a ella y discretamente ella paso su mano por mi duro falo, se mordió los labios y en cuanto vio que no pasaban autos se inclinó un poco quedando tapada por su mesa, se levantó y con la mirada llena de morbo puso sus dedos índice y medio en mi nariz.

-Mira nada mas como me tienes David.

Un olor delicioso llego a mí, era el olor de sus jugos vaginales empapando sus dedos, en ese momento mi erección quería escapar de donde estaba, liquido pre seminal salió y yo sentía las mejillas hormiguearme de lo frenético que me puse, ella también se veía muy cachonda, sus pezones se asomaban en su vestido a pesar de tener brasier, los dos estábamos muy calientes pero no había nada por hacer, era el periférico y no había ningún lugar alrededor.

Una vez más esperamos a que no pasara ni un auto en el andador y fui hacia ella como un loco, la bese en el cuello y con mi mano diestra tome su pierna y deslice mis dedos hasta su caliente concha, ya tenía los muslos empapados y ella por unos segundos sintió mi verga dura y caliente por encima de mi pantalón, ambos respirábamos como toros de lidia pero tuvimos que calmarnos cuando mire que una camioneta estaba acercándose.

Tuve que dejarla pero llegando a la oficina sin dudarlo le mande mensajes diciéndole que me dejó bastante caliente, ella me decía que tenía demasiadas ganas y fue cuando llego una foto de su deliciosa panochita,  una preciosura, mojada y brillosa, con unos labios perfectos y un piercing justo en la unión de ellos, no pude evitar excitarme y cerrando mi oficina descubrí mi pene para que ella mirara lo caliente que me encontraba.

“Oh por Dios David, que rica verga tienes, quiero arrancártela a mamadas y probar lo rico de tu semen” fue uno de sus tantos mensajes, También yo con lujo de detalles le exprese lo que quería hacerle y entre mensaje y mensaje ella me decía que quería terminar.

Deje mi centro de mensajes y la llamé, ella ya se escuchaba agitada y suponiendo que ya no habría gente comencé a decirle como quería penetrarla y lo caliente que tenía mi verga.

-Dime que soy tu puta David eso me excita…

Solo escucharla decir “ Tu Puta” me hizo sentir embragado de placer, comencé a llamarla de tan deliciosa manera y entre gemidos  y sollozos ella se tocaba bajo la mesa escuchando mi voz diciéndole a detalle como mi verga estaba entrando en su culo. Alicia gemía y yo me tocaba también al escucharla, cuando de pronto su voz se hizo aguda completamente y me exigía que no dejara de decirle “Mi puta”.

-Quiero que te vengas putita, quiero que termines y te mojes como una zorra mientras gimes como lo haces, quiero que gimas para que me excite más y me venga contigo, quiero que te vengas Putita.

Sus gemidos eran completamente deliciosos, sus jadeos y su respiración me tenían a punto de eyacular, cuando de pronto no se escuchó más que el ruido de los autos pasando rápido.

-Bueno? Alicia sigues ahí?

-Ay por dios David me hiciste venir de lo lindo… Necesitamos vernos!!!

- hoy en la tarde está bien para ti?

-Si papito está perfecto, es increíble esto David… No me dejes así de caliente

 


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